el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, culpa a las tradiciones ‘barbáricas’ de la religión y la filosofia moral occidental de inducirnos al error y convertirnos en seres burdos o ‘demasiado humanos’.
Según Nietzsche solo podremos ser verdaderamente libres si matamos a Dios y nos transformamos en superhombres. Estas recomendaciones captan a la perfección el zeitgeist de nuestros tiempos tiempos marcados por el anticristianismo y una antropofobia sin precedentes en la historia de la humanidad. Algunos están dispuestos a salvar a las ranas ladradoras en Guatemala, pero también a triturar los cráneos de seres humanos que ya no encuentran cobijo en el vientre materno. Otros prefieren establecer relaciones románticas y sexuales con robots mientras miles de ancianos languidecen en asilos. Tampoco faltan las brigadas del pensamiento único que no tienen reparos en destruir a quienes afirman, amparados por abrumadora verdad científica, que un hombre biológico no es ni será nunca – una mujer mientras médicos inescrupulosos realizan mastectomías y castraciones en adolescentes físicamente sanos.
¿Qué está pasando? Pienso que nos hemos convertido en víctimas de un excesivo racionalismos pero también de la vanidad y el egoismo A la batería de fobias manufacturadas deberíamos agregar la atelofobia – el miedo exacerbado a las imperfecciones – que percibimos en nuestra propia naturaleza y existencia. Combinada con la pandemia de victimización, la ley del mínimo esfuerzo y la veneración a la tecnologia, las consecuencias de esta fobia pueden ser antropológicamente devastadoras. Hemos pasado de la contemplación a la autocontemplación para enfocarnos únicamente en nuestros vicios y defectos. Transitamos simultáneamente de la humildad a la arrogancia de creer que nuestra voluntad e ingenio bastarán para someter las leyes naturales a nuestros caprichos. Es durante este pernicioso ensimismamiento que algunos se están olvidando de ser personas y se están volviendo menos humanos
Si bien la famosa cita «Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado» se extrae de El alegre saber (1882), la idea es reutilizada en ‘Así habló Zaratustra’ (1883), donde introduce y elabora el concepto de übermensch ⁃ «superhombre» ⁃ o aquel ser que se libera de toda superstición para poder desarrollar su máximo potencial.
Neo entes: Tecnología y cambio antropológico en el siglo 21. Miklos Lukacs de Pereny
