Sobre el señuelo de la gnosis



Ese relativismo, que se presentaba revestido de tolerancia y respeto a todos las creencias, muestra ya sus afilados colmillos; la Masonería, que sigue presentándose como la madre de todas las conquistas democráticas, niega ya abiertamente los derechos humanos; los de pensamiento y expresión desde luego, pero también los de la familia, y el más sagrado de todos: el de la vida. No es casualidad que la misma señora Clinton sea partidaria de la financiación pública de Planned Parenthood, la mayor central abortista de los Estados Unidos, fabuloso negocio de los Rockefeller, familia que constituye un pilar de todas las organizaciones pantalla de la Masonería. Tampoco es casual que la repetida señora y su marido, el masón Bill Clinton, (Orden Internacional DeMolay), fueran beneficiarios en su día de las becas Cecil Rhodes, que llevan el nombre del multimillonario masón fundador de la <Tabla Redonda>, (una de las organizaciones pantalla) de más solera que impulsan proyectos masónicos. A otra de esas organizaciones, el CFR ( Council on Foreing Relations), pertenece el mismo expresidente americano

El sincretismo masónico originario se ha interpretado en ocasiones como una fórmula de compromiso adquirida al pertenecer los fundadores de la Masonería a diferentes confesiones reformadas, pero lo cierto es que la cuestión va mucho más lejos: las Constituciones de Anderson están impregnadas de la peor de todas las herejías; la más perversa. Porque no parte del error de un heresiarca, más o menos extraviado y soberbio, sino que se basa en una mentira elaborada conscientemente: la gnosis; una creencia inducida en un supuesto conocimiento salvífico que sus <maestros> van suministrando al iniciado hasta convertirle en su propio redentor; elevándolo sobre los demás -<profanos> llama a la Masonería a los no iniciados en sus misterios convirtiéndolo en un ser «perfecto», independiente de ningún Dios; la <piedra cúbica> empleando otro término masónico, al final de ese proceso iniciático que, grado a grado, lo va puliendo. La gnosis cristiana surgió en el siglo I, como una rebelión contra Yahvé, contra su obra y su ley, en una comunidad herética de Samaría. Su dios era el Ser Supremo, desconocido, que no había creado el mundo, llegando a sostener que la salvación consistía en llegar a ese Ser a través de ritos y fórmulas mágicas. Incluso llegaron a propagar entre los suyos algo tan contrario al Evangelio como que Jesucristo habría revelado un doble mensaje: el que contiene el Nuevo Testamento, para la mayoría, y otro más elevado y auténtico para un grupo de elegidos que lo habrían ido transmitiendo en secreto a sus propios escogidos. Lo mismo que sostiene toda gnosis, incluyendo la masónica: siempre, desde su origen, ha sido ese uno de sus principales señuelos; el mismo que emplea también hoy su heredera directa, Nueva Era, surgida en los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX.

Manuel Guerra, La trama masónica, p. 344

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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