El Gran Arquitecto del Universo: el dios de los masones, que, por su propia indefinición, puede ser interpretado como cualquier divinidad, <Lo común a todas las religiones>. La propia Masonería lo ha explicado así: Si observáis uno de nuestros diplomas masónicos, un folio oficial con membrete, o si entráis en una logia masónica, podréis ver que dominan estas letras A.G.D.G.A.D.U. Sencillamente significan: A la Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo. Se trata de Zeus, de Júpiter, de Dios? Lo que queremos es afirmar la causa primera, el infinito creador, no interpretarlo. Existe. Decir cómo sea, o cuál sea, eso es algo que tiene que ver con la fe de cada conciencia individual. Es el dios del sincretismo en el que todos caben; puede ser considerado incluso como una simple fórmula. Una publicación masónica, la Rivista della Massoneria, sostenía, en agosto de 1874, que <puede adaptarse a todos los gustos, incluso a los de un ateo>.
En 1909, la misma publicación concretaba: Se reprocha a la Masonería que la fórmula del Gran Arquitecto del Universo sea ambigua y absurda, pero constituye la afirmación más justa y abierta de miras del inmenso principio de la existencia, y puede perfectamente representar al Dios de Mazzini, lo mismo que al Satanás de Giosué Carducci. Es Dios en cuánto fuente del amor, no del odio; es Satanás en cuanto genio del bien, no del mal. Según el ex Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica de España, Javier Otaola, <El Gran Arquitecto del Universo, símbolo masónico, no es un concepto teológico, sino una imagen, y por tanto no se identifica ni con un Dios abstracto, ni con un Dios concreto, sino que es solo un símbolo>. El escritor José Antonio Ullate, que vengo citando, ha estudiado detenidamente la delgada línea que puede separar al G.A.D.U. de Lucifer desde la óptica masónica. Ese Carducci, de la cita anterior, es el poeta masón que dedicó todo un himno a Satanás, publicado por Ullate, del que extractamos:
Tú, Satán, respiras / En mi verso / Si al romper mi pecho A Dios desafío […] ;
Salud, Satanás, / Oh rebelión, / Oh fuerza de la revancha / De la razón!
iSe alcen a ti sagrados / Inciensos y votos!/ Al Jehová de los curas / Tú has vencido!
El himno tuvo una gran repercusión por tratarse de la obra de uno de los principales poetas de la época, pero causó, como es lógico, un gran desasosiego en algunos espíritus. Incluso el masón Quirico Filopanti mostró su desagrado por aquella composición tan expresamente satánica. Pero quedó tranquilizado cuando su autor respondió: <Yo amo y creo>. Con la complacencia del Gran Maestro Lenzi que medió en aquel asunto, aunque Carducci todavía no había entrado en la Masonería, en la que después sería muy activo, llegando a fundar una logia. Filopanti quedó tranquilizado con tan breve explicación en un claro ejercicio de relativismo masónico. Satanás, al parecer, quedaba convertido en símbolo de la rebelión contra el poder constituido; defensor de la libertad individual. Aunque nada podría resultar más paradójico: el acusador>; <el disgregador>; <el enemigo del hombre>, convertido en su defensor? Para verlo así es necesario haber rechazado previamente toda la Revelación divina; de principio a fin; sublevarse, como el ángel caído contra Dios. José Antonio Ullate concluye zanjando, por su parte, la cuestión: [..] no repugna al concepto masónico de G.A.D.U. que se haga significar a Lucifer: puede ser un dios, puede ser la materia del ateo, y puede ser hasta Satanás, sin que, ofrecidas las debidas explicaciones, ningún masón regular – por más que personalmente le repugne esta interpretación– pueda objetar nada desde el punto de vista de los landmarks y de la legislación masónica.
Relativismos, simbolismos y matices aparte, queda claro que en la Masonería, de manera más o menos expresa, se adora a Lucifer. En ocasiones, muy claramente. Solo es necesario conocer algunos rituales o hablar con masones de altos grados, para darse cuenta. La orientación luciferina suele ser más evidente aun en las sectas de origen masónico, como la Orden de la Rosacruz de Oro; la OTO (Ordo Templi Orientis), o los <Illuminati> de Baviera.
Guido Laj, Gran Maestro del Gran Oriente de Italia, en José Antonio Ullate o. c., p. 59
Rivista della Massoneria, de 1909, en José Antonio Ullate o. c., p. 61
Alfa y Omega de 26 de abril de 2001, en Manuel Guerra, La trama masónica, p. 135
Giosué Carducci (1835-1907), uno de los mayores poetas italianos de la segunda mitad del siglo XIX; autor de Odas bárbaras, buscaba una vuelta al paganismo clásico; recibió el premio Nobel de Literatura en 1906.
* Garducci se inició en la Masonería en 1866 y fundó la logia Felsinea.
José Antonio Ullate, O. C., 6 7.
https://circulodepoesia.com/2016/12/himno-a-satan-de-giosue-carducci/
https://www.religionenlibertad.com/cultura/14595826/carducci-poeta-unidad-Italia-mason-himno-satanas-confeso-antes-morir.html
