Un dolorido Juan Pablo II llamaría la atención en el año 1997 sobre cómo «la Iglesia y el Papa son los que siempre piden perdón, mientras otros permanecen callados», agregando seguidamente: «Tal vez esa sea la forma en que las cosas se tienen que dar». Otro tanto dice la Comisión Teológica (Memoria y Reconciliación, 6,3), refiriéndose al objetivo del Mea Culpa: «En el plano ecuménico, la finalidad de posibles actos eclesiales de arrepentimiento no puede ser otra que la unidad querida por el Señor. En esta perspectiva es aún más de desear que sean realizados en reciprocidad»
Según los expertos entrevistados por Catholic News Service, Juan Pablo II, en su largo pontificado, realizó reconocimientos a distintos grupos -incluyendo a indigenas, iglesias cristianas y mujeres- en más de cien ocasiones, Las expresiones de pesar siempre fueron incondicionales y la Iglesia nunca esperó encontrar pedidos de perdón similares como respuesta. A su vez, el entonces cardenal Ratzinger advertía que «no se pueden cerrar los Ojos ante todo el bien que la Iglesia ha hecho en estos últimos dos siglos, devastados por las crueldades de los ateísmos», refriéndose a los 100 millones de cristianos asesinados por regimenes como el comunista (cifra traida por los mismos ex partidarios del régimen en la obra El libro negro del comunismo). Bien podriase incluir genocidios acallados como el de la masonería -mediante los jacobinos franceses- contra el pueblo campesino de la Vendée sólo por profesar la fe católica, asesinando -fusilando, ahogando, mutilando, torturando- a decenas de miles de niños, mujeres y sacerdotes, ascendiendo el número total de víctimas a más de 500.000. Cabe recordar también el perpetrado por las brigadas rojas contra los campesinos mexicanos y el pueblo español en las primeras décadas del siglo XX. Otros más recientes son los perpetrados por el bando aliado en la segunda gran guerra – Hiroshima, Nagasaki, Dresden, entre los más notorios- y los de EE.UU. e Israel en Medio Oriente hasta la actualidad. El martirologio y las postreras canonizaciones y beatificaciones autorizadas por la Iglesia no dejan mentir acerca de esta realidad.
Acongojado, se preguntaba el cardenal Giacomo Biffi: «¿A quién pedirá cuentas la humanidad por los innumerables guillotinados franceses de 1793 ajusticiados sin otra causa que a pertenencia a un grupo social? ¿A quién pedirá cuentas la humanidad por las decenas de millones de campesinos rusos asesinados por los bolcheviques?» En tanto, el historiador italiano Franco Cardini expresaba que «sería gratificante, por ejemplo, escuchar expresiones de pesar por parte de la Reina de Inglaterra ante el tratamiento que se les dio a los católicos en su pais, sin mencionar las numerosas persecuciones contra los lideres católicos en Francia, España y México [ ] Un examen de conciencia, o para usar un término menos católico, una reflexión histórica podria ser realizada por las iglesias protestantes que tuvieron sus propios problemas con los católicos o por los líderes ortodoxos rusos que en el pasado apoyaron las acciones represivas del gobierno zarista». Agrega que «tal vez los musulmanes deberian hacer su propia reflexión sobre las numerosas guerras santas proclamadas en el pasado», e indica que, actualmente, China podría comenzar a trabajar en su apologia por el actual trato que da a la Iglesia Católica
Finalmente advierte el pontifice que: «Lo que hay que evitar es que actos semejantes [el pedido de perdón] sean interpretados equívocamente como confirmaciones de posibles prejuicios respecto al cristianismo. Seria deseable, por otra parte, que estos actos de arrepentimiento estimulasen también a los fieles de otras religiones a reconocer las culpas de su propio pasado[.] La historia de las religiones [no se refiere aquí a la católica] está revestida de intolerancia superstición, connivencia con poderes injustos y negación de la dignidad y la libertad de conciencia». A continuación agrega: «Su petición de perdón [el de la Iglesia] no debe ser entendida como [.] retractación de su historia bimilenaria, ciertamente rica en terreno de caridad, de la cultura y de la santidad»
*El vaticanista Luigi Accattoli da cuenta, hasta 1997, de distintos pronunciamientos del pontífice -en algunos casos acompañados de un pedido de perdón- sobre las cruzadas, dictaduras, divisiones entre iglesias, la mujer, los judíos, Galileo, Guerra y paz, las guerras de religión, Hus, Calvino y Zwinglio, los indígenas, las injusticias, la inquisición, el integrismo, el Islam, Lutero, la mafia, el racismo, Ruanda, el cisma de Oriente, la historia del papado, la trata de negros, etc.
Vaticano, 11 marzo. Tomado de Agencia de Noticias ACI.
La Inquisición: Un tribunal de misericordia Cristián Rodrigo lturralde
