¿Qué deberíamos hacer nosotros?



Porque Cristo está con los que son humildes de corazón y no con los que se exaltan a sí mismos por encima de la grey. El cetro [de la majestad] de Dios, a saber, nuestro Señor Jesucristo, no vino en la pompa de arrogancia o de orgullo aunque podría haberlo hecho, sino en humildad de corazón, según el Espíritu Santo habló, diciendo: Porque dijo: iQuién ha creido a nuestro anuncio? iYa quién se ha revelado el brazo del Señor? Lo anunciamos en su presencia. Era como un niño, como una raiz en tierra seca. No hay apariencia en Él, ni, gloria. Ylec contemplamos, y no habia en Él apariencia ni hermosura, sino que su apariencia era humilde, infe- rior a la forma de los hombres. Era un hombre expuesto a azotes y trabajo, experimentado en quebrantos; porque su rostro estaba vuelto. Fue despreciado desechado. Llevó nuestros pecadosy: sufrió dolor en lugar nuestro;y nosotros le consideramos herido y afligido. Y Élfue herido por nuestros pecados y afligido por nues tras iniquidades. El castigo de nuestra paz es sobre Ēl. Con sus llagas fuimos noso tros sanados. Todos nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su propio camino; y el Señor lo entregó por nuestros pecados. Y Él no abre su boca aunque es afligido. Como una oveja fue llevado al matadero; y como un cordero delante del trasquilador, es mudo y no abre su boca. En su humillación su juicio le fue quitado. Su generación iquién la declarará? Porque su vida fue cortada de la tierra. Por las iniquidades de mi pueblo he llegado a la muerte. Daré a los impios por su sepultura, y a los ricos por su muerte; porque no obró iniquidad, ni fue hallado engaño en su boca. Y el Señor desea limpiarle de sus heridas. Si hacéis ofrenda por el pecado, vues- tra alma verá larga descendencia. Y el Señor desea quitarle el padecimiento de su alma, mostrarle luz y moldearle con conocimiento, para justificar al Justo que es un buen siervo para muchos. Y Él llevará los pecados de ellos. Por tanto heredará a muchos, y dividirá despojos con los fuertes; porque su alma fue entregada a la muerte, y fue contado como los transgresores; y Él llevó los pecados de muchos, y por sus pecados fue entregado. Y de nuevo, Él mismo dice; Mas yo soy gusano y no hombre; oprobio de los hombres y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; tuercen los labios, menean la cabeza, diciendo: Esperó en el Señor, que le libre; sálvele, puesto que en él se complacía. Veis, queridos hermanos, cuál es el ejemplo que nos ha sido dado; porque si el Señor era humilde de corazón de esta manera ¿qué deberíamos hacer nosotros; que por Él hemos sido puestos bajo el yugo de su gracia?

Clemente de Roma, Epistola a los Corintios
Padres Apostólicos Siglo I

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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