Entendamos, pues, amados, en qué forma el Señor nos muestra conti- nuamente la resurrección que vendrá después; de la cual hizo al Señor Jesu cristo las primicias, cuando le levantó de los muertos. Consideremos, amados, la resurrección que tendrá lugar a su debido tiempo. El día y la noche nos mues tran la resurrección. La noche se queda dormida, y se levanta el día; el día parte y viene la noche. Consideremos los frutos, cómo y de qué manera tiene lugar la siembra. El sembrador sale y echa sobre la tierra cada una de las semillas, y éstas caen en la tierra seca y desnuda y se descomponen; pero entonces el Señor en su providencia hace brotar de sus restos nuevas plantas, que se multiplican y dan fruto.
Clemente de Roma, Epistola a los Corintios
Padres Apostólicos Siglo I
