Una asamblea nada “ordinaria”



Un primer factor es su propia estructura. Tras una amplia consulta internacional, están previstas dos sesiones plenarias en Roma, en 2023 y 2024, precedidas de un retiro espiritual para los participantes. Un segundo factor es su contenido. Mientras que las Asambleas Generales ordinarias suelen tratar temas específicos (los jóvenes en 2018, la familia en 2015, etc.), esta vez se quiere cuestionar la estructura misma de la Iglesia. Se propone repensar la Iglesia, transformándola en una nueva “Iglesia constitutivamente sinodal”, cambiando elementos fundamentales de su constitución orgánica. Este cambio podría ser radical, ya que algunos documentos sinodales hablan de una “conversión”, como si la Iglesia hubiera seguido hasta ahora un camino equivocado y tuviera que dar un giro de 180 grados. Un tercer factor que hace de esta asamblea un acontecimiento inusual es su carácter de proceso. Este sínodo no pretende discutir cuestiones doctrinales o pastorales, para llegar después a ciertas conclusiones, sino emprender un “proceso eclesial” para reformar la Iglesia. No pocos temen que se abra la caja de Pandora. De este modo, la “sinodalidad” corre el riesgo de convertirse en una de esas “palabras talismán” de las que hablaba el pensador católico Plinio Corrêa de Oliveira: una palabra dotada de una gran elasticidad, susceptible de ser fuertemente radicalizada, de la que se abusa con fines propagandísticos. Manipulada por la propaganda, “empleándose tal palabra tendenciosamente, comienza a refulgir para el paciente con un brillo nuevo que lo fascina y lo lleva mucho más lejos de lo que podría pensar”.
Esta reforma sinodal de la Iglesia, afirma la Comisión Teológica Internacional (CTI), recuperaría antiguas estructuras de participación comunitaria en la Iglesia del primer milenio, descuidadas durante demasiado tiempo debido a la hegemonía de una eclesiología jerárquica que habría que superar. El Sínodo sobre la sinodalidad se presenta así como un divisor de aguas en la historia de la Iglesia y, en concreto, del actual pontificado. Según el vaticanista Jean-Marie Guénois, Francisco “está preparando su reforma capital: la de la sinodalidad. Espera convertir a la Iglesia, piramidal, centralizada y clericalizada, en una comunidad más democrática y descentralizada donde el poder se comparta más con los laicos”

Documento preparatorio de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de losbObispos, 07-9-21, n.° I1, in https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/
pubblico/2021/09/07/sinodo.html.

Plinio CorrÈa de Oliveira, Trasbordo ideológico inadvertido y diálogo, C.I.O, Madrid 1971, 2

Comisión Teológica Internacional, La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia, 02-3-18, c. 1, in https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_
documents/rc_cti_20180302_sinodalita_sp.html.

JEAN-MARIE GuÉNOis, Le pape François crée des cardinaux pour assurer sa continuité, Le Figaro, 26-8-22. 4

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Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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