In Sent. 1 d.34 9.2 a.u. ad 4; De Verit. q.21 a.1.2 Cont. Gentes 1 40; In De Div. Nom. c.1 lect.3; In Phys. lect:.5.
Objeciones por las que parece que el bien no tiene razón de causa final, sino más bien de las otras:
1. Dice Dionisio en el c.4 De Div. Nom.15: Se canta al bien por bello. Pero lo bello tiene razón de causa formal. Por lo tanto, el bien tiene razón de causa formal.
2. Más aun. El bien tiende a expandirse, por lo que se deduce de Dionisio cuando dice’: El bien es aquello en lo que todo es y subsiste. Pero la tendencia a expandirse tiene razón de causa eficiente. Por lo tanto, el bien tiene razón de causa eficiente.
3. Más todavía. Dice Agustín en I De Doctr. Christ.’7: Porque Dios es bueno existimos. Pero nosotros venimos de Dios como de la causa eficiente. Por lo tanto, el bien tiene razón de causa eficiente.
En cambio está lo que dice el Filósofo en el I Physic.’: Aquello por lo que algo existe es como su fin y su bien. Por lo tanto, el bien tiene razón de causa final.
Solución.
Hay que decir: Como quiera que el bien es lo que todos apetecen, y esto tiene razón de fin, resulta evidente que el bien tiene razón de fin. Sin embargo, la razón de fin presupone la razón de causa eficiente y de causa formal Pues observamos que lo primero que se da en el causante es lo último que se da en lo causado. Ejemplo: El fuego calienta los cuerpos antes de infundirles la forma de fuego; sin embargo, el calor se deriva de la forma sustancial del fuego Así, pues, en la causalidad encontramos primero el fin y el bien que impulsan la causa eficiente; segundo, la acción que impulsa la consecución de la forma; tercero la llegada de la forma. Por su parte, en lo causado hay que invertir el orden. Primero, la forma por la que es ser; segundo, la fuerza efectiva por la que se convierte en ser perfecto (como dice el Filóofo en IV Meteor.’9, nada hay perfecto si no puede hacer algo semejante a sí mismo); tercero, la razón de bien por la que en el ser se fundamenta la perfección.
Respuesta a las objeciones:
1. A la primera hay que decir: Lo bello y el bien son lo mismo porque se fundamentan en lo mismo, la forma. Por eso se canta al bien por bello. Pero difieren en la razón. Pues el bien va referido al apetito, ya que es bien lo que todos apetecen. Y así, tiene razón de bien, pues el apetito es como una tendencia a algo. Lo bello, por su parte, va referido al entendimiento, ya que Se llama bello a lo que agrada a la vista. De ahí que lo bello consista en una adecuada proporción, porque el sentido se deleita en las cosas bien proporcionadas como semejantes a sí, ya que el sentido, como facultad cognoscitiva, es un cierto entendimiento. Y como quiera que el conocimiento se hace por asimilación, y la semejanza va referida a la forma, lo bello pertenece propiamente a la razón de causa formal.
2. A la segunda hay que decir: El bien tiende a expandirse del mismo modo que el fin a impulsar
3. A la tercera hay que decir: Todo lo que tiene voluntad se dice que es bueno en cuanto tiene buena voluntad; pues por la voluntad disponemos de todo lo que hay en nosotros. Por eso no se llama hombre bueno al inteligente, sino al que tiene buena voluntad. Por su parte, la voluntad va referida al bien como a su fin y objeto propio. Asi, al decir porque Dios es bueno existimos», hay que referirlo a la causa final
*Articulo clave de la cuestión. El concepto de bien implica un análisis de la causalidad. Y la respuesta es precisa: <El bien tiene razón de causa final, pero presupone la razón de causa eficiente y de causa formal>. Tiene razón de causa final porque su influjo es de atracción, no de empuje. Presupone la causalidad eficiente porque, atrayendo, mueve al agente a ponerse en camino hacia la consecución de lo que se apetece. Presupone la causa formal porque, una vez conseguido, el agente se posesiona de tal forma del bien que llega a identificarse con él. De esta manera, el bien implica un triple dinamismo: atracción o apetibilidad, ser deseado (c. final); dirección hacia, camino hacia (c. eficiente); identificación o posesión (c. formal). De estos tres, 10 que primero y principalmente se llama bien es la razón de <ser apetecible> (a.1) y, por tanto, en la linea de una causalidad final. Subrayar esto equivale a decir que el bien (fin) determina la acción y explica la transformación o adquisición de una nueva forma
*Santo Tomás asume repetidas veces el principio neo-platónico de que <el bien es de suyo difusivo>. Aquí aclara que, si lo es, lo es por ser causa final (cf. 1-2 q:1 a.4 ad 1). La diferencia entre la c. eficiente y la final está en que aquélla mueve empujando (fisicamente) y ésta mueve atrayendo (moralmente). Esto último es lo que pasa con el bien. Una persona buena no necesita imponerse: testifica por sí misma, atrae y contagia, se expande y multiplica, no a fuerza de palabras sino por la fuerza de su propia bondad. Cf. no obstante la nota a 1 q.19 a. 2
DIONISIO, De Div. Nom. c.4 S 4: MG 3,700. C.32: ML 34,32.
ARISTÓTELES, c.3 n.5 (K 195a23): S. Th, lect.5 n.11.
ARISTOTELES, c.3 n.1 (BK 380a12): .. I c.32: ML 34,32. S. Th. lect.9 n.347. 20. S AGUSTIN, De Doct. Christ
Summa theologiæ, Thomas Aquinos
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