¿Qué actitud puede adoptar el hombre ante al sufrimiento? 2/3



Rebelión

Al hombre que se rebela contra el sufrimiento (la antigüedad ya conocía tales rebeldes) se le han erigido en nuestros días grandes monumentos. La verdadera cuestión es contra quién él se rebela. Rara vez contra Dios, pues generalmente es lo suficientemente inteligente como para reconocer que un Dios cruel es una contradicción en sí mismo que, en verdad, no puede existir. En suma, rebelión contra nadie, rebelión por amor a la rebelión, como signo de la grandeza del hombre. Pero, ya que no existe nadie para verla: ella no se des vanecerá explotando, sordamente, en el vacío?

Sigmund Freud, quien sufrió lo indecible en sus últimos años, escribe en una de sus cartas: <Como yo soy profundamente no creyente, no tengo a nadie a quien culpar y sé que no existe ningún lugar donde se pueda presentar una queja‣. Pero luego, a pesar de todo, nos dice: <Si bien mi oposición, al final, se queda muda, sigue siendo, no obstante todo, un acto de oposición>. El <hombre rebelde> sabe de su intimísima contradicción.

Es difícil ordenar en este contexto los diversos modos de representarse del budismo: él es rebelión contra todo ese mundo (de apariencia) que, finalmente, será desenmascarado como sufrimiento. Pero, al mismo tiempo, él da instrucciones sobre cómo escapar de ese mundo, y así constituye un pasaje hacia el tercer tentativo de solución que trataremos. Crea una técnica para escapar del sufrimiento: sumergiéndose, gradual y-al final- definitivamente, en el nirvana. En la medida en que esa técnica posee una cualidad espiritual y exige un estricto ascetismo, ella se diferencia de métodos anestésicos baratos (tantrismo- conocido principalmente como yoga- dervichismo o, simplemente, drogas) en el hecho de ser éticamente irreprochable y de no generar remordimientos. Pero si bien en teoría ella se ofrece a todos, de hecho únicamente los elegidos pueden seguir este camino. En este sentido, también este camino sigue siendo egoísta: uno le da la espalda a este mundo en sí incurable, y de esta forma busca su salvación. Y tan solo cuando después de interminables eones todos hayan recorrido ese camino de liberación, la ilusión de este mundo, en sí sin sentido, estallará como una pompa de jabón.

Dios y el sufrimiento. Balthasar, Hans Urs von

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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