La hermandad de los Rosacruz



un precedente directo La Masonería tiene un precedente que ayuda a su comprensión. No se trata desde luego de ninguna hermandad medieval o constituida en tiempos de Moisés o de Salomón, como pretenden las Constituciones de Anderson, sino de algo surgido mucho más tarde; a principios del siglo XVII. Volvemos a Lutero, a la ruptura de la Cristiandad. nos situamos en Alemania; en los preparativos para la última guerra de religión; la batalla definitiva entre Catolicismo y Protestantismo; un episodio más del enfrentamiento entre las <dos ciudades>. Me refiero a la hermandad de los Rosacruz, secta secreta que maquinaba contra la Iglesia, buscando su destrucción definitiva. Así como la imposición de un nuevo orden mundial, sin rastros de Catolicismo, aunque tampoco estaba claro cuál sería el destino de las iglesias reformadas, a más largo plazo, después del triunfo de su proyecto. Porque la hermandad tenía un componente esotérico ocultista que pesaba de manera definitiva en sus proyectos. Estamos ya en condiciones de apreciar el paralelismo con la Masonería que nacería justamente un siglo más tarde.

José Antonio Ullate, en su citado libro sobre el secreto masónico, ha seguido la línea que une a ambas sectas. A principios del siglo XVII, Praga, una de las capitales de los católicos Habsburgo se había convertido en un centro de estudios esotéricos, gracias a la tolerancia del emperador Rodolfo II, un atípico personaje de la casa de Austria, aficionado a la alquimia y a la astrología; es decir, sospechoso, como mínimo, de heterodoxia; siendo así que encamaba, por su Corona, el espíritu de resistencia de los católicos de su Imperio frente al avance del Protestantismo. En cambio, su primo y sucesor, Femando II, estaba dispuesto a asumir el liderazgo católico desde el primer momento. Tanto como lo estuvo su tío abuelo, Carlos V, que se enfrentó a los inicios de la ruptura. En Bohemia, los rebeldes protestantes ofrecieron el trono a un vasallo de los Habsburgo, el Príncipe Elector del Palatinado, Federico V, protestante, y casado con Isabel Estuardo, hija de Jacobo I de Inglaterra. En los Estados del Príncipe Palatino confluían entonces un Calvinismo estricto con movimientos cabalístico-ocultistas (ciencias ocultas, numerología, cábala..), entusiastas seguidores de la Reforma desde los tiempos de Lutero; un ambiente similar al de Praga durante el reinado de Rodolfo II. Pensaban estos sectores que Federico V sería el instrumento ideal para una <refundación universal>, objetivo de aquellos movimientos ocultistas que se unieron en la Hermandad de los Rosacruz.

Dicha organización nacía con su propia leyenda recién creada: la de un supuesto Christian Rosenkreuz, nacido, según la hermandad, a finales del siglo XIV, filósofo, matemático, y constructor de instrumentos>, que <sintió deseos ardientes de realizar una reforma y buscó quien le ayudara>. Este personaje sería el equivalente al Hirán Abif de la Masonería, aunque su leyenda resulte menos elaborada que las Constituciones de Anderson. La de los Rosacruz se dio a conocer mediante tres manifiestos.

El primero de ellos, la Fama Fraternitatis, aparecido en 1614, llamaba a una <reforma universal y general de todo el ancho mundo>.Sostenía que recientemente la tumba del mítico personaje, el gran científico del siglo XIV, había sido descubierta <milagrosamente>- como en el caso de Hirán Abif- siendo ese hallazgo la señal del principio de <esa reforma general, tanto de las cosas divinas como de las humanas>.El manifiesto mezclaba doctrina calvinista con la cábala, que contiene, aunque hay quien pretende negarlo, elementos gnósticos ¡Absolutamente gnósticos! Nos encontramos ya con la gnosis, presente también en los origenes de la Masonería, porque la cábala sostiene que <cuando Dios dio la ley a Moisés también hizo una segunda revelación del significado secreto de tal Ley. Se decía que esta tradición esotérica había sido transmitida oralmente a través de los tiempos por los iniciados [.]>, según Francés E. Yates, erudita inglesa, <probablemente la académica que más ha estudiado este asunto>. Algo muy parecido a lo que sostenía la gnosis cristiana en relación con Cristo, y ese mensaje oculto que contenía el falso evangelio de Tomás. La cábala es gnosis en un sentido profundo: pretende desvelar el misterio de la Creación prescindiendo de Dios, que existe pero no es creador: el mundo procedería de un ser primordial por vía de progresivas emanaciones, a través de los Sefirot, emanaciones intermedias. Todo lo que existe está ordenado de acuerdo con el  de ella traían su derecho al trono inglés los Hannover alfabeto hebreo, <lengua sagrada usada por Dios para dirigirse a los hombres>; los cabalistas crearon un complejo método de valoración numérica de cada palabra del alfabeto sagrado; esto es, numerología. Y los rosacruz lo hicieron suyo junto a otras ciencias ocultas. Como haría después la Masonería: aunque oficialmente cristianos, se alejaban del Cristianismo hasta posiciones irreconciliables, opuestas a la fe más allá de la herejía. La cábala es algo que tienen en común las dos sectas, y por eso mismo ambas son panteístas; porque ninguna de las dos cree en la Creación sino que hicieron suya la doctrina cabalística de la Emanación. El panteísmo ha estado presente en la Masonería desde el primer momento, así lo manifestaba León XIII en Humanum genus, cuando; hablando del concepto de Dios en los masones, dice: <sienten de El perversamente, como suelen los panteistas>.  De ahí su fuerte presencia en la sociedad occidental, de manera nada velada en algunos documentos de Naciones Unidas, como La Carta de la Tierra, que también veremos en este libro Aquel primer manifiesto rosacruz tuvo una gran difusión y despertó un notable interés hacia la nueva hermandad.

Un año después, en 1615, aparecía un segundo manifiesto, continuación del primero: la Confessio Fraternitatis, que comenzaba con una advertencia: Del mismo modo como ahora lamamos Anticristo al Papa de Roma con toda libertad y sin daño alguno, lo que hasta ahora se consideraba pecado mortal y hombres de todo el mundo fueron ajusticiados por hacerlo, así también sabemos con certeza que llegará el día en que lo que ahora conservamos secreto lo declararemos abierta y libremente.  Anunciaban un nuevo código moral, ajeno a la ley natural, en el que el pecado sería abolido; un Nuevo Orden Mundial, que no sería solamente político sino también espiritual. Igual que más tarde preconizaría el ideal masónico. El movimiento político y religioso que se fraguaba en el Palatinado, inicio de una futura extensión universal del Protestantismo, tenía raíces gnósticas y ocultistas. El mundo, según los rosacruz, debería quedar en el <mismo estado que lo encontró Adán>.

Por fin, en 1616 aparecía el tercero y último de los manifiestos rosacruz: Las bodas químicas de Christian Rosenkreuz, redactado por un pastor luterano, Juan Valentín Andreas, seguidor de la cábala y las ciencias ocultas. Un clérigo protestante. Otro, James Anderson, sería el autor, un siglo más tarde del primer reglamento masónico. Un punto más de unión entre ambas sectas. Todo el pensamiento rosacruz está influenciado por el hermetismo inglés, heredero directo del veneciano, vinculado al estudio de la cábala cristiana, tan gnóstica como la originaria,; la judía.

Como en el caso de la Masonería, en su hermana mayor – la hermandad que nos ocupa- encontramos las corrientes gnósticas, esotéricas, mágicas o luciferinas; todas ellas conectadas, y llegando por múltiples vías. Esa influencia ocultista y gnóstica es la clave de las dos sectas y también de todas las órdenes nacidas de ellas. En cuanto a los objetivos de los rosacruz, aparentemente se trataba «solo de combatir el poder de los Habsburgo y de la Iglesia, como en el siglo anterior lo hicieran ya los súbditos rebeldes de Carlos V, pero el asunto iba mucho más lejos. Le preocupaba a la nueva hermandad el impulso que la Contrarreforma estaba dando al Catolicismo, y por eso consideraban a la Compañía de Jesús como el mayor de los peligros; una vez más, la misma visión que la Masonería: los jesuitas como el enemigo a batir en un primer asalto para abalanzarse luego sobre el Papado. Después podría al fin desarrollarse la reforma profunda de <todo el ancho mundo>; una transformación moral con la abolición del pecado como concepto. Gracias a la combinación del Protestantismo, la tradición esotérica y la magia científica. Todo ello, supuestamente, al servicio del género humano.

Pero todo el proyecto se vino, momentáneamente, abajo con la derrota del Príncipe Palatino, que perdió sus Estados y hubo de refugiarse en Holanda ante el avance de las armas católicas; señaladamente de los tercios españoles venidos desde Flandes para socorrer al emperador. La alianza entre las dos ramas de la Casa de Austria trajo una victoria total del Catolicismo en aquel primer período de la que se llamaría Guerra de los Treinta Años porque esa fue su duración. Las aspiraciones de los rosacruz fueron cortadas en seco; su reforma universal tendría que esperar tiempos mejores. El rosacruzismo pasó a Inglaterra con Samuel Hartlib, que llegó huyendo de la Prusia polaca. Con emigrados alemanes y bohemios fundó en Chichester una escuela hermética sincrética, origen de un grupo que habría de influir en la fundación de la Royal Society en 1660.  No resulta dificil rastrear la influencia rosacruz en círculos académicos ingleses y a través de ellos en la Masonería, pero por razones de brevedad, terminaremos viendo solamente los puntos principales de la leyenda rosacruz: un <núcleo secreto> alimentaba todas las religiones y circulaba ocultamente hasta que la hermandad lo sacó a la superficie. Los rosacruz pretendían traer su sabiduría del Antiguo Egipto; ya en el siglo XIV a. C., supuestamente, los primeros rosacruzianos se reunieron en la Gran Pirámide donde fueron iniciados en los grandes misterios. Es evidente la influencia que esta leyenda habria de ejercer en las Constituciones de Anderson: la pretensión de una gnosis procedente de la Antigüedad más venerable; el sincretismo religioso como la clave de una profunda reforma general de la humanidad; el rechazo de la Revelación. Todo ello estaba ya en los tres manifiestos que acabamos de comentar Inspirado claramente por <el padre de la mentira>. Solamente sorprende la desfachatez, tanto en el caso de la Masonería como en el de los rosacruz, con la que se presentaron ante el mundo; la osadía de sus fantasiosas propuestas y la impostura de sus remotos orígenes, coetáneos de las primeras civilizaciones. En 1704, trece años antes de la fundación de la Masonería ya existía la Orden de la Rosacruz de Oro, con un proceso de iniciación escalonado en nueve grados. Masonería y rosacruzismo se influyeron mutuamente sobre todo durante el siglo XVIII al extenderse por Alemania la joven secta nacida en Inglaterra hasta llegar a absorber en la práctica a la vieja y decadente hermandad formada y fracasada en el siglo anterior.  Aunque la Masonería honra a su predecesora de varias maneras: en algunos de sus grados se la menciona expresamente. Era mucho lo que compartieron; la Masonería logró llegar donde no lo hicieron los rosacruz; consiguió tenazmente imponer las creencias compartidas; socavó el poder de la Iglesia a lo largo de trescientos años; en lo temporal y en lo espiritual; colaboró muy eficazmente en el desmoronamiento de los tronos católicos; ha ido cambiando el paradigma humano más allá de lo imaginable para los hombres que asistieron a su nacimiento. Y sigue presente y activa en nuestros días, tocando ya con los dedos esa reforma del <ancho mundo> hasta sus últimas consecuencias. Podría parecer que se apresta a recoger los frutos del árbol sembrado por sus hermanos mayores, los rosacruz, a principios del siglo XVII. Mucho de lo que pretendían, más de la mitad del programa, ya se ha logrado. Pero no todo: misteriosamente, sus designios se quiebran cuando menos lo esperan. Siguen en lucha las dos ciudades; no podía ser de otra forma.

Ricardo de la Cierva, Masonería, Satanismo y Exorcismo, pp. 82-84

José Antonio Ullate, o. c., p. 145

*Cábala judía <Tradición esotérica del judaísmo. La cábala está emparentada con las doctrinas gnósticas y con el hermetismo, y en general no está mal vista dentro del judaísmo>;

José Antonio Ullate, o. c., p. 138. En la bibliografía, el autor incluye dos obras de Francés Yates: El iluminismo Rosacruz. México D.F. Fondo de Cultura Económica, 1981, y La Filosofía Oculta de la Epoca Isabelina. México D. F. Fondo de Cultura Económica, 2001

* Panteísmo: Según el diccionario de la Real Academia Española, <Sistema de los que creen que la totalidad del universo es el único Dios>; suele manifestarse en la adoración de la Tierra; de la Naturaleza

León XIII, Carta Encíclica Humanum genus,

Filosofía <oculta> unida al cultivo de la magia; un movimiento iniciado ya en el siglo XVI

Manuel Guerra, La trama masónica, p. 50

IGLESIA Y MASONERÍA. LAS DOS CIUDADES. Alberto Bárcena

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

Deja un comentario