Sobre el resultado del Simposio reflejado en el libro de la Inquisición



«En el grado en que somos responsables, junto a mi predecesor, Pablo VI, imploro perdón», escribió Juan Pablo I en la encíclica Ut unum sint en mayo de 1995. La parte en cursiva es la que particularmente interesa a este respecto, pues deja claramente establecido que se pide y pedirá perdón únicamente, como cuadra, por todo aquello de lo que somos verdaderamente responsables. ¿Y de qué eramos responsables? Eso es lo que investigó el Simposio. Habia que saber qué había de cierto y de falso en estas leyendas negras antiinquisitoriales La documentación aportada refleja que de un total de 100.000 procesos, más de la mitad de los acusados fueron absueltos y perdonados, quedando en libertad. Muchos de ellos, sin embargo, fueron posteriormente condenados por tribunales civiles. El resto de los procesados, en su mayoría, fue castigado con penas muy leves y sólo raramente se entregaba a un hereje al estado para su ejecución.

Agostino Borromeo, en ocasión a la presentación de los resultados de las investigación del Simposio, comenta que de los acusados procesados entre los años 1540 y 1700 (donde se celebraron 44.674 juicios), sólo fueron condenados a muerte el 1.8%, de los cuales sólo el 0.1% fue ejecutado por el Estado (pues el 1.7% de los condenados logró escapar o simplemente se desconocia el paradero). Traducido en números concretos, resulta que de hecho murieron 25 personas en 160 años. Cuán diferentes estas cifras a las sugeridas por la propaganda anticatólica..

En España, uno de los paises donde más activamente trabajó la Inquisición, de las cerca de 125.000 personas acusadas de brujería solo 59 fueron ajusticiadas (compárese con los reinos protestantes donde los ejecutados solo por delitos de brujeria ascienden a más 150.000). En Italia, pais notablemente más poblado, el número baja hasta 36, mientras que en Portugal se reduce a cuatro. «Si sumamos estos datos -dice Borromeo- no se llega ni siquiera a un centenar de casos, contra las 50.000 personas condenadas a la hoguera, en su mayoría por los tribunales civiles, en un total de unos cien mil procesos (civiles y eclesiásticos) celebrados en toda Europa durante la edad moderna»

Proporcionalmente, como bien denuncia el P. Jordi Rivero, las matanzas de brujas más numerosas tuvieron lugar en Suiza (se quemaron 4.000 en una población aproximada de un millón de habitantes), Polonia-Lituania (10.000 en una población de 3.400.000), Alemania (25.000 en una población de 16.000.000) y Dinamarca-Noruega (1.350 en una población de 9 70.000). El libro destruye definitiva y categóricamente, en forma cientifica, algunos de los grandes tópicos que pesan sobre la historia de la Inquisición, como la cantidad de muertes y la frecuencia del tormento. De este modo, los autores sostienen que no es cierto que la mayoría de los acusados acabasen en la hoguera, como tampoco lo es que la mayoria de las acusaciones estuviesen basadas en declaraciones obtenidas sometiendo a los prisioneros a tortura. Los autores de La Inquisición coinciden en señalar que, en contra de lo que se suele pensar, la mayor Parte de las condenas consistían en peregrinaciones, rezos, plegarias u otras penitencias espirituales.

Otra de las grandes novedades historiográficas es el intento de explicar el fenómeno inquisitorial contextualizándolo en su época. Así, aclaran, antes de emitir un juicio moral hay que entender, por ejemplo, que durante toda la Edad Media la tortura y la pena de muerte eran prácticas habituales. Conviene reiterar que el pontífice encargó personalmente a los historiadores la realización del estudio y el libro, poniendo a su disposición la documentación necesaria y sin marcar ningún tipo de requisito previo. El propio Juan Pablo II comunicó a los autores su «vivo aprecio» por el trabajo realizado y reafirmó la necesidad de que la investigación histórica contribuya a la búsqueda de la verdad.
Los frutos de esa honestidad fueron pronto evidentes. En el año 2005, al ser entrevistado por el canal History Channel, e interpelado concretamente por su opinión sobre la Inquisición, Su Santidad Benedicto XVI respondió sin tapujos lo siguiente: «La Inquisición fue un gran progreso porque desde entonces nadie puede ser condenado sin una investigación» Deberían tomar nota de esto muy especialmente los católicos; algunos siempre tan prontos a sumarse a los prejuicios del mundo contra su Iglesia.

*El Documental fue emitido por el canal History Channel en el año 2005. Disponible en italiano en el canal http://www.youtube.com. Al ser preguntado sobre la expresión «el gran inquisidor», el entonces cardenal Ratzinger explica: «<Gran inquisidor> es una dfinición histórica. Y nosotros seguimos un camino de continuidad. A la luz del concepto actual de justicia fue algo críticable, pero la Inquisición fue un progreso porque desde entonces nadie puede ser condenado sin una investigación

La Inquisición: Un tribunal de misericordia Cristián Rodrigo lturralde

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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