Testamento de un principe mendigo



En el nombre de Dios glorificado en la Trinidad. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hijo queridísimo: Ya son quince años que no has vuelto a ver a tu padre. Pero, en su oscuridad, de cuando en cuando, él recibía noticias acerca de ti y así alimentaba su amor de padre. Este amor es el que ahora me empuja a enviarte estas últimas palabras para que te guíen en la vida. Sabes cuánto he sufrido para redimir mi vida culpable y superficial. Pero no sabes la dicha que me han dado, los frutos del arrepentimiento, durante esta vida oscura y errante. Muero al lado de mi benefactor que tiene que ser también el tuyo, porque los beneficios hechos al padre deben afectar también al hijo cariñoso. Exprésale mi gratitud con todos los medios a tu alcance. Dejándote mi bendición paterna, te exhorto a acordarte de Dios y a obedecer a tu conciencia. Sé bueno, prudente, razonable, Trata con benevolencia a todos los que dependen de ti. No desprecies a los mendigos o a los peregrinos, acordándote de que sólo el despojo de todo y la vida errante han permitido a tu padre encontrar el descanso para su alma (Cfr Mt 11, 30), Rogando a Dios que te dé su Gracia, cierro los ojos serenamente en la esperanza de la vida eterna, gracias a la misericordia del redentor de los hombres Jesucristo

RELATOS DE UN PEREGRINO RUSO. Anónimo

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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