¿Hay, por ventura, algo más prodigioso entre les prodigios que resucitar y vivificar los cadáveres? Pues el mismo Hijo dice: Como el Padre resucita a los muertos y los vivifica, así el Hijo vivifica a los que quiere (n. 5, 19-21). ¿Cómo obrará el Padre solo milagros, si estas palabras no permiten entenderlas del Padre solo, o del Hijo solo, sino del único y verdadero Dios, esto es, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?
De Trinitate. Agustín de Hipona
