Con ánimo humilde

.

Seamos, pues, humildes, hermanos, poniendo a un lado toda arrogancia y engreimiento, y locura e ira, y hagamos lo que está escrito. Porque el Espíritu Santo dice: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentia se alabe el va- liente ni el rico se alabe en suS riquezas; mas el que se alabe que lo haga en el Señor, que le busca y hace juicio y justicia Jr. 9 22-23; 1R. 2, 10; 1Cor. 1, 31; 2Cor. 10, 1 7); y, sobre todo recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo, enseñando indulgencia y longanimidad: Tened misericordia, y recibiréis misericordia; perdo- nad, seréis perdonados Lo que hagáis, OS lo harán a vosotros. SegÚn deis, OS Será dado. Según juzguéis, seréis juzgados. Según mostréis misericordia, se os mostrará misericordia. Con la medida que midáis se os volverá a medir (Lc. 6, 36ss; Mt. 7. 1s; Mt. 5, 7; 6, 12.14; 7, 1.12; Lc. 6, 31; Mc. 4, 14;11, 25). Afiancémonos en este mandamiento y estos preceptos, para que podamos andar en obediencia a sus santas palabras, con ánimo humilde. Porque la palabra santa dice: A quién mi- raré, sino a aquel que es manso y humilde de espíritu y teme mis palabras? (Is. 66, 2)

Clemente de Roma, Epistola a los Corintios
Padres Apostólicos Siglo I

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

Deja un comentario