Reyna Isabel



Pero más allá del cumplimiento de dichas prácticas, se destacaba en la católica reina, una cosmovisión cristiana de la vida donde las reacciones siempre eran, en primer lugar, sobrenaturales; al tener que enfrentar algún problema, especialmente si éste era arduo, ponía humildemente sus dificultades a los pies de Dios para que le ayudase con Su gracia, pero, luego de rezar con toda confianza, procedía a obrar con una energia sin igual. Nada de no sé si Dios lo quiere, no sé si tengo fuerzas, nada de fingimiento.., al contrario. Un ejemplo de su fortaleza quizás nos la muestre de cuerpo entero; así rezaba frente a un inminente combate:

Tú, Señor, que conoces el secreto de los corazones, sabes de mí, que no por vía injusta, no por cautela ni tiranía, mas creyendo verdaderamente que por derecho me pertenecen estos Reinos del Rey mi padre, he procurado de los haber (.). A ti, Señor (.) suplico humildemente, que oigas ahora la oración de tu sierva, y muestres la verdad, y manifiestes tu voluntad con tus obras maravillosas; porque si no tengo justicia, no haya lugar de pecar por ignorancia, y si la tengo, me des seso y esfuerzo para la alcanzar con la ayuda de tu brazo, porque con tu gracia pueda haber paz en estos Reinos, que tantos males e destrucciones hasta aquí por esta causa han padecido

WIlLIAM T. WALsH, op. cit., 160

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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