Debemos responder que esto puede entenderse de tres maneras 2/3
En segundo lugar el reino de los cielos se llama gloria del paraiso, Ni es de admirar, porque reino no significa sino gobierno. Y se da el mejor gobierno donde nada hay contra la voluntad del gobernante. Ahora bien, la voluntad de Dios es la salvación de los hombres, porque Él quiere que [todos] los hombres se salven (cf. 1 Timoteo 2, 4). Y esto será principalmente en el paraiso, donde no habrá nada contrario a la salvación de los hombres Mateo 13, 41: «Los ángeles quitarán de su reino todos los escándalos». Mas en este mundo hay muchas cosas contrarias a la salvación de los hombres. Así es que cuando pedimos «Venga a nos tu reino» oramos para ser participes del reino celestial y de la gloria del paraíso.
Primeramente por la soberana justicia que en él hay. Isaias 60, 21: «Tu pueblo: todos justos». Y si bien aquí los malos están mezclados con los buenos, allá no habrá ningún malo y ningún pecador.
También por su perfectisima libertad. Pues aqui no existe la libertad aunque todos naturalmente la desean; pero allá habrá libertad plena contra toda clase de esclavitud. Romanos 8, 21: «La criatura misma será liberada de la esclavitud de la corrupción». Y no sólo serán todos libres sino que también serán reyes: Apocalipsis 5, 10: «Nos hiciste reyes para nuestro Dios» La razón de ello es que todos tendrán la misma voluntad con Dios; y Dios querrá todo lo que los santos quieran, y éstos lo que Dios quiera: de modo que al hacerse la voluntad de Dios se hará la de ellos. Y por lo mismo todos reinarán, pues se hará la voluntad de todos, y el Señor será la corona de todos. Isaías 28, 5: «En aquel día el Señor de los ejércitos será corona de gloria y diadema de gozo para el resto de su pueblo»
También por su maravillosa plenitud [de bienes]. Isaías 64, 4: «Ningún ojo ha visto, sino sólo Tú, oh Dios, lo que has preparado para los que te están aguardando». Salmo 102, 5: «Él es el que sacia con sus bienes tus deseos» Y adviértase que el hombre hallará todo en solo Dios más excelentemente y más perfectamente que todo cuanto encuentre en el mundo. Si buscas el deleite, el supremo deleite encontrarás en Dios; si riquezas, en El encontrarás toda la abundancia que da Su razón de ser a las riquezas; y así en cuanto a lo demás. Dice San Agustin en sus Confesiones: «Cuando el alma fornica alejándose de ti, fuera de ti busca las cosas puras y límpidas que no encuentra sino cuando vuelve a ti».
Comentarios sobre el Padre Nuestro y los Diez Mandamientos. Santo Tomás de Aquino
