Giro a la izquierda



Para dar cuerpo y rumbo al renacer católico, Pío XI quiso reorganizar el laicado encuadrándolo en sectores dichos «especializados», esto es, vueltos hacia un campo específico de apostolado. Nace así la moderna Acción Católica que, desde Europa, se difunde por todo el mundo con La intención original del Papa era muy clara:

«La santa batalla, en tantos frentes acometida (..) por la realeza social de Cristo». He aquí la finalidad: «La restauración del Reino de Cristo y el establecimiento de la verdadera paz que a este reino únicamente pertenece»

Pio XI deseaba comprometer a los laicos en esta batalla, confiándoles la tarea de recristianizar la sociedad. Por eso definió la Acción Católica «participación de los laicos en el apostolado jerárquico de la Iglesia».

Los años de expansión de la Acción Católica «señalaron un punto de viraje crucial para la Iglesia»», escribe el célebre historiador Adrien Dansettes, Este viraje se produjo de dos maneras:
Lamentablemente, desde los primeros pasos del proyecto de Pío XI se manifestó en vastos sectores de la Acción Católica una fuerte influencia de la corriente democristiana y neomodernista. Bajo la guía de pensadores como Jacques Maritain y Emmanuel Mounier, y de teólogos como Marie-Dominique Chenu y Henri de Lubac, los progresistas literalmente tomaron por asalto muchos sectores de la Acción Católica, transformándolos en instrumentos para la difusión de sus errores. Estaba creado el caldo de cultivo del cual surgiría en breve la Teología de la liberación.

La Acción Católica absorbió, relegó a un papel marginal o, en algunos casos, simplemente suprimió las asociaciones católicas que representaban un espíritu tradicional.  Favoreció un proceso de transbordo ideológico en los laicos, que desmanteló en ellos la mentalidad tradicional e indujo a los más resueltos a asumir posiciones francamente revolucionarias. El primer aspecto de tal viraje fue facilitado por la prioridad (en muchos casos hasta exclusiva) acordada a la Acción Católica, en perjuicio de los movimientos laicales tradicionales, como las Hermandades, las Congregaciones Marianas y el Apostolado de la Oración. Tergiversando algunas frases de Pio XI, líderes de los sectores más dinámicos de la Acción Católica reivindicaban un «mandato especial» de la Iglesia, que les habria conferido la exclusividad del apostolado laico. Tendían pues a despreciar las realidades católicas tradicionales como expresión de una época ya en ocaso. Alardeando tal «mandato», estos sectores se presentaban como abanderados de un espíritu nuevo que debia sustituir al que predominaba hasta entonces en la Iglesia.

Tal espíritu produjo manifestaciones de igualitarismo y de liberalismo que permitieron la fácil difusión de los errores neomodernistas y demócrata cristianos, acentuando el desvio hacia la izquierda iniciado con el catolicismo social

Jesús ARAGOÑI, La Acción Católica y la Política en el Perú: La Posición de los Prelados Peruanos a Principios de da Década

PIO XI, Encíclica Ubi Arcano, del 23 diciembre 1922, cit. in La parola del Papa su l’Azione Cattolica, Alfredo Maria CAVAGNA, Società Editrice Vita e Pensiero Milano 1936, pp. 3-4

Adrien DANSETTE, Destin du catholicisme français 1926-1956, Flammarion, Paris 1957, p. 5.

JULIO LOREDO DE IZCUE. TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN, UN SALVAVIDAS DE PLOMO PARA LOS POBRES

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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