Arriba, Periquito, que todo el pueblo te vea



Conforme al sistema feudal, poseían legislación propia sobre su administración temporal, libertad religiosa, educativa e incluso judicial con sus fueros ya que podían sustanciar sus propias causas, tanto en lo contencioso como en lo criminal. Según un historiador judío y hablando de España, en ningún pais europeo logró mayor libertad para organizarse

Sumado a todo ello (y quizás como consecuencia) el pueblo europeo los acusó cuando la Peste Negra arrasó a la Cristiandad; se comenzó a decir que habían envenenado los pozos de agua, que habían esparcido los virus, etc., al punto que el mismo Papa Clemente VI debió salir al cruce, denunciando como calumniosas tales acusaciones y amenazando con la excomunión a quienes las promoviesen. Castilla no quedó exenta de dicha confusión; fue por esta época cuando muchos hebreos pidieron el bautismo para verse libres de persecuciones. Este fue uno de los origenes de las falsas conversiones de quienes serían llamados, despectivamente, marranos

El ambiente estaba caldeado; basta con leer, ya un par de siglos después pero con la misma tesitura, El mercader de Venecia, hoy casi proscripto de los teatros por un supuesto antisemitismo. iVaya anacronismo si los hay!

Claro que también hubo conversiones sinceras al punto que muchos de ellos hasta tendrían lugar en las Cortes, como señala el autor judío Neuman: Isabel y Fernando contaron con un equipo, reducido, aunque importante de judíos. Abraham Seneor era consejero y tesorero mayor de la Hermandad, Lorenzo Badoz médico de la Reina, Vidal Astori su principal platero, Mayr Melamed, Samuel Abulafia, Abraham y Vidal Bienveniste muy vinculados a sus actividades económicas y políticas, Isaac Abravanel, protegido por los Reyes y otros>.  Pues tal era la disposición de la reina quien, en 1477, escribía: <todos los judios de mis reinos, son míos y están bajo mi amparo y protección y a mí pertenece los defender y amparar y mantener en justicia>

Pero las conversiones simuladas se multiplicaban y el pueblo sencillo, que convivía en sus ciudades, las conocía. Los marranos, iban a Misa el domingo, pero secretamente seguían acudiendo a las sinagogas; como cristianos se encontraban ahora libres de las restricciones impuestas a sus ex-hermanos hallándose en condiciones no sólo de contraer matrimonio entre las familias nobles de España, sino también de acceder al sacerdocio a la vida religiosa, lo que inquietaba a no pocos <cristianos viejos>, Sin ir más lejos, para la época de Isabel, ya varios sacerdotes y obispos eran descendientes de judíos; y se tornaba difícil saber quién era quién.

Según Walsh, en <1450 había solamente 200.000 judios declarados que asistían a la sinagoga a quienes se les había concedido plena libertad religiosas de unos 5.000.000 de habitantes que vivian en los reinos de Castilla y Aragón, sin embargo, muchos eran los hijos de Israel que observaban ocultamente sus ritos pretendiendo ser cristianos, lo que causaba, naturalmente, la ira del pueblo católico
No es dificil entender la indignación de los católicos contra los sacerdotes que se burlaban abiertamente de los Sacramentos que aparentaban administrar. <Nadie puede decir cuántos sacerdotes había como Andrés Gomalz, párroco de San Martín de Talavera, quien, en el juicio celebrado en Toledo en 1468, confesó que había continuado siendo judío durante 14 años que no tenía «intención» de celebrar Misa cuando aparentaba hacerlo y que no garantizaba la absolución a cuantos penitentes se habían confesado con él> Y también los habia como Fray Garcia de Tapate, prior del monasterio de jerónimos de Toledo, quien, al hacer la elevación en la Misa, en lugar de pronunciar las palabras de la consagración solía decir: <Arriba, Periquito, que todo el pueblo te vea>; y que acostumbraba a volverse de espaldas a sus penitentes cuando fingía darles la absolución

ABRAHAM NEUMAN, The jews in Spain, their social, political and cultural life during the middle ages, 2 vols., Filadelfia 1944 (cfr. RAMIRO SÁEnZ, op. cit., 89)

*La <peste negras fue una pandemia que asoló Europa entre 1347 y 1353; se cree que murieron 25.000.000 de personas. Santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia, afirma que la misma se trató de un castigo divino por la sodomía existente, principalmente en el clero

Marranos, No todos lo eran; muchos se convertían sinceramente, como aquellos 35.000 convertidos por la virtud y la elocuencia de San Vicente Ferrer, quien recorrió España predicándoles

FERNANDO VIZCAÍNO CASAS, op. cit., 122

WILLIAM T. WALSH, op, cit., 22. La cifra total que da Walsh a mediados de siglo, de 200.000 judios en España para la época de Isabel es análoga a la de recientes estudios: entre 70.000 a 200.000 (cfr. LuIs SuÁREZ, Isabel I, Reina, Ariel, Barcelona 2001, 286). La Enciclopedia judía habla de unos 235.000 judíos para 1492 (Jewish Encyclopedia, vol. 11, 501)

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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