La misa es la razón de ser del sacerdote



La renovación del sacrificio del calva- rio no es solamente la obra más importante y valiosa de su jornada, sino lo que le confiere todo su sentido, Con lágrimas en los ojos, el santo cura de Ars repetía a menudo: <Es tremendo ser sacerdote!>. Y añadía: <¡Qué pena da el sacerdote que celebra como si estuviese haciendo una cosa ordinaria! ¡Qué desgraciado es el sacerdote que no tiene vida interior!>
Queridos sacerdotes, queridos seminaristas, no nos dejemos llevar por la precipitación, el activismo y la super ficialidad de una vida que da prioridad al compromiso social o ecológico, como si el tiempo consagrado a Cristo en el silencio fuese un tiempo perdido.Es precisamente en la oración y en la adoración ante el sagrario donde encontramos el apoyo indispensable para nuestra virginidad y nuestro celibato sacerdotal.
No nos desanimemos: la oración exige un esfuerzo. Obliga a un cuerpo a cuerpo, a un arduo combate con Dios, semejante al de Jacob, que luchó toda la noche hasta el alba (Gn 32, 23-33). A veces tenemos la dolorosa impresión de que Jesús calla, porque obra en lo más escondido. Perseveremos en la oración de adoración y enseñémosla a los fieles cristianos con el ejemplo de nuestra vida, Para animar a los sacerdotes a una relación íntima con el Señor, san Carlos Borromeo repetía: <No podrás curar las almas de los demás si dejas que la tuya se marchite. Acabarás no haciendo nada, ni siquiera por los demás. Debes tener tiempo para ti, para estar con Dios [..]. Ejerces la cura de almas? No olvides por eso el cuidado de ti mismo, y no te entregues a los demás hasta el punto de que no quede nada tuyo para ti mismo.

Desde lo más hondo de nuestros corazones (Mundo y Cristianismo) Sarah, Cardenal Robert

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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