Características de esta crisis
Por muy profundos que sean los factores que han llevado a la diversificación de esta crisis en distintos países hoy en día, siempre conserva cinco características clave:
1. Es universal
Esta crisis es universal. Hoy en día, no hay nadie que no se vea afectado por ella, en mayor o menor medida.
2. Es uno
Esta crisis es única. Es decir, no se trata de un conjunto de crisis que se desarrollan de forma paralela y autónoma en cada país, vinculadas entre sí por analogías más o menos relevantes.
Cuando se produce un incendio forestal, no es posible considerar el fenómeno como si se tratara de mil incendios autónomos y paralelos, de mil árboles vecinos. La unidad del fenómeno de la combustión, que actúa sobre la unidad viva que es el bosque, y la circunstancia de que la gran fuerza de expansión de las llamas resulta de un calor en el que las innumerables llamas de los diferentes árboles se fusionan y multiplican, contribuyen, en resumen, a que el incendio forestal sea un hecho único, que englobe en una realidad total los mil incendios parciales, por muy diferentes que sean, de hecho, cada uno de ellos en sus accidentes.
El cristianismo occidental era un todo único que trascendía a los diversos países cristianos sin absorberlos. En esta unidad viva se produjo una crisis que terminó por afectarla por completo, debido a la combinación de las crisis locales, cada vez más numerosas, que durante siglos se habían interpenetrado y ayudado mutuamente sin interrupción. Como resultado, el cristianismo, como familia de estados oficialmente católicos, dejó de existir hace mucho tiempo. Los únicos vestigios de él son los pueblos occidental y cristiano. Y todos ellos sufren actualmente bajo la influencia de este mismo mal.
3. Es total
Considerada en un país dado, esta crisis se desarrolla en una zona problemática tan profunda que se extiende o despliega, por el orden mismo de las cosas, en todas las potencias del alma, en todos los campos de la cultura, en todos los dominios, en una palabra, de la acción humana.
4. Es dominante
Vistos superficialmente, los acontecimientos de nuestros días parecen una maraña caótica e inextricable, y de hecho lo son desde muchos puntos de vista.
Sin embargo, de la conjunción de tantas fuerzas desorientadas se pueden extraer resultados profundamente coherentes y vigorosos, siempre que se los considere desde la perspectiva de la gran crisis que estamos afrontando.
En efecto, impulsadas por estas fuerzas delirantes, las naciones occidentales se están viendo gradualmente conducidas hacia un estado de cosas que surge por igual en todas ellas y que es diametralmente opuesto a la civilización cristiana.
De lo cual podemos ver que esta crisis es como una reina a la que todas las fuerzas del caos sirven de instrumentos eficientes y dóciles
