En el prefacio del primer volumen de «El capital», Karl Marx modifica descaradamente una frase de «La Divina Comedia» de Dante Alighieri: «Sigue tu camino y deja hablar a la gente» («Segui il tuo corso, e lascia dir le genti» ) hasta aquí la versión de Marx. La frase original que Virgilio dice a Dante, es: «Sígueme y deja hablar a la gente» («Vien retro a me, e lascia dir le genti» (cfr. El Purgatorio, La Divina comedia, Dante Alighieri )
Hay un abismo de diferencia ente seguir el camino de la vida por sí mismo a tomar rumbo guiado por alguien o por algo. Probablemente la traducción marxista de esta frase tuvo una intención clara: sugerir la «liberación» del hombre de toda norma y principio para reducir su existencia a futuros «constructos» limitados por el entorno y el tiempo. Lo que Marx no imaginaba es que con el devenir de los años , el mismo partido comunista ruso terminó marcando una ruta opresiva para todos los que creyeron en su paraíso político.
El atractivo de Dante en la Divina Comedia es la selva oscura, es decir la incertidumbre de identificar el camino correcto y la necesidad clamorosa de alguien que nos indique por donde seguir y hacia donde ir. Leer «La Divina Comedia» es preguntarse: ¿Qué nos sucede al morir? o ¿Qué ocurre mientras estamos vivos y bajamos a los confines subterráneos de nuestra psique?
Virgilio, el poeta enviado por Beatriz, que se encarga de guiarlo, encarna una mezcla de sensibilidad estética, razonamiento y conocimiento: la bondad, entendida como el valor necesario para no perderse en el laberinto de la confusión y el mal.
Alberto Machuca
