La igualdad de la Revolución francesa



Robespierre teoriza por primera vez la dictadura revolucionaria. El esquema que presenta es muy claro: hay un «tiempo revolucionario» y un «tiempo constitucional». Este útimo representa el triunfo de la revolución. Pero el primero supone «el terror como ejercicio de fundación». Así, la revolución opera bajo la lógica de la guerra, y por eso funciona por fuera de toda ley positiva. «El gobierno revolucionario es un régimen donde los enemigos son inmediatamente extranjeros a la revolución, extranjeros a la nación que pretende fundarse. En este cuadro, la única pena que existe es la muerte», El gobierno revolu cionario puede funcionar al margen de toda legalidad establecida y dar muerte a sus enemigos porque «está apoyado sobre la más santa de todas las leyes: la salvación del pueblo», Cuando hasta el último de los enemigos del pueblo sea aniquilado, llegará por fin el <tiempo constitucional, o sea, el gobierno que funcionará a través de leyes escritas consumará la paz social. «La revolución alcanzará su fin de un modo muy sencillo, sin que pueda ser entorpecida por las facciones, cuando todo el mundo legue a ser igualmente devoto de su patria y de sus leyes», dice Robespierre, La libertad y la razón triunfarán allí donde ya nadie se oponga; allí donde la uniformización sea total, donde nadie disienta, donde nadie, en suma, pueda ser jamás considerado un enemigo del pueblo.

Discurso del 25 de diciembre de 1793 en la Convención, reproducido en Robespierre, Por la felicidad y por la libertad, p. 231.

Talmon, Los origenes de la democracia totalitaria, p. 174.

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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