Así avanza la dialéctica del despotismo, que comenzó por la vía de la lucha contra el despotismo de viejo cuno, pero desarrolló en el camino una serie de principios políticos ideológicos que le dieron
al despotismo nueva vida. Semejante proceso es suficientemente notable, tanto para las víctimas como para los victimarios. Robespierre sabe bien a estas alturas que su sistemna no es sino otra forma de despotismo. Pero el suyo, a diferencia del que acaba de sucumbir, es obra de la voluntad general del pueblo francés, y el pueblo jamás se equivoca, siempre quiere lo bueno. Allí donde el despotismo de los reyes era malo, el despotismno del pueblo es incuestionablemente bueno. Así lodefine el mismo Robespierre:
«El gobierno de la revolución es el despotismo de la libertad contra la tiranía»
Discurso del 5 de febrero de 1794 en la Convención, reproducido en Robespierre, Por la felicidad y por la libertad, p. 252.
