El infierno, una puerta cerrada desde adentro



El infierno, en definitiva, no es una «creación» del Dios bueno para castigar, sino una realidad que existe como consecuencia del rechazo radical del bien supremo. Fue inaugurado con la caída de los ángeles rebeldes, y se convierte en destino final para quien, como ellos elige libre y  definitivamente vivir sin Dios. En el caso del hombre, el infierno no se impone desde fuera, sino que se confirma como el lugar
que él mismo ha escogido cerrándose al amor. Por eso, no puede ser omitido ni edulcorado, porque forma parte de mensaie completo del Evangelio

Contra el Tiempo: La Batalla por la Eternidad. Toro, William

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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