Es también Zorobabel, maestro de confusión: «Vuestro maestro come con los publicanos y pecadores» ( Mt 9,11 ). Es Abiud, ese mi padre: «Yo y el Padre somos una misma cosa» ( Jn 10,30 ). Es Eliakim, Dios que resucita: «Le resucitaré en el último día» ( Jn 6,40 ). Es Azor, el ayudado: «El que me envió conmigo está» ( Jn 8,29 ). Es Sadoq, el justo o justificado: «Fue entregado el justo por los injustos» ( 1Pe 3,18 ). Es Aquim, ése mi hermano: «El que hiciese la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano» ( Mt 12,50 ). Es Eliud, ése mi Dios: «Señor mío y Dios mío» ( Jn 20,28)
Remigio
