Señor Jesucristo, que dijisteis a los Apóstoles: La paz os dejo, mi paz os doy; no miréis nuestros pecados, sino la fe de vuestra Iglesia, y dignaos darle la paz y unificarla, conforme a vuestra Voluntad; Vos que, siendo Dios, vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén.