Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado a los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.
EVANGELIO
Mt 11, 25-30.
Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor