Evangelio según san Mateo, 9: 32- 34 Después que ellos salieron, presentaron a Jesús un hombre mudo poseído del demonio. Y arrojado éste, habló el mudo: admiráronse las turbas, y decían: «Jamás ha acontecido en Israel una cosa parecida»; mas los fariseos, por el contrario, decían: «arroja al demonio en nombre del príncipe de los demonios». (vv. 32- 34)
La palabra griega cophos ( cwfoV ) significa más bien sordo que mudo, pero es costumbre de la Escritura, tomarla indiferentemente o por sordo o por mudo
San Jerónimo
Catena Aurea
Santo Tomás de Aquino
