Si le diéramos a un musulmán la posibilidad de introducirnos en el Islam posiblemente lo primero que haría sería llevarnos a la Meca el centro religioso del Islam, el corazón del mundo, la ciudad de Dios! Nos diría que fue nada menos que el patriarca Abraham quien construyó la Kaba; que en tiempos de Mubammed era un renombrado centro de comercio internacional y un frecuentado lugar de culto; que en ella nació Mubammed y de ella partió su misión, empezando por la purificación del lugar de politeístas y sus ídolos; que entre Medina y Meca pasó la mayor parte de su vida y que hubo de llevar a cabo numerosas batallas con los infieles para imponer la nueva religión de la que él era portador y máximo profeta. Nos diría igualmente que la piedra de la Ka’ba viene del Cielo mismo y, por supuesto, que todo buen musulmán ha de ir a la Meca en peregrinación al menos una vez en la vida. Esta presentación de la «historia» nos suena a conocida ¿verdad?
La crítica histórica se enfrenta a un serio problema con respecto a la Meca, Blanchère dice: «sobre la cuna propiamente del Islam, sobre la hégira y Meca, su villa santa, en el siglo sexto; no disponemos de otras informaciones fuera de las presentadas por las «leyendas musulmanas», es decir, elaboradas por los forjadores mismos de la leyenda. Quiere esto decir que la existencia misma de la Meca en el tiempo anterior a los musulmanes ¿pudiera presentar un aspecto problemático? ¿Tendrá esto alguna relación con la prohibición absoluta de toda actividad arqueológica, y especialmente excavaciones, en un largo territorio declarado (aram) que significa; no está permitido acercarse a territorio prohibido?
La tradición musulmana, y los exégesis musulmanes con ella, presentan a la Meca como una villa floreciente y renombrada gracias a su comercio.
Ciertamente esto no puede proceder de su agricultura o su situación, pues está localizada en un valle desértico e insalubre. Pero como de algo hay que vivir, es necesario pensar que los habitantes de la Meca hayan sido comerciantes. De Qurayšo, la tribu principal de la Meca según las tradiciones musulmanas, dedicada al comercio y rica, sin embargo, P. Crone dice: Sobre su centro de comercio, no se encuentra mención alguna en griego, en latín, en siríaco, en arameo, en copto o en cualquiera otra lengua literaria fuera de Arabia antes de las conquistas musulmanas. Este silencio es significativo y no deja de asombrar y es tan evidente que hay quienes han intentado remediarlo
Se nos dice que Qurayš está atestiguada indirectamente por el historiador romano Plinioo que Ptolomeo; geógrafo griego del siglo segundo de nuestra era, menciona Meca bajo el nombre de «Macoraba», nombre que se supone que se refiere al «Portus Mochorbae» de Plinio en el que se la identifica como yedda. Ammianus Marcellinus menciona la Meca, bajo el nombre de Hierápolis, Todas estas sugerencias deben ser, sin embargo, abandonadas.
Raad salam naaman. Desvelando el Islam
