O Adonai, et Dux domus Israel,
qui Moysi in igne flammae rubi apparuisti,
et ei in Sina legem dedisti:
veni ad redimendum nos in brachio extento.
¡Oh, Adonai, Pastor de la Casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a redimirnos con el poder de tu brazo! (Cf. Éx. 3, 2; 6, 2-3; y 24).
Jesucristo, Mesías anhelado por el antiguo Israel y plenitud de los tiempos nuevos, Tú que fuiste prometido por el Padre: por el misterio de tu Natividad, manifiéstate al pueblo de la primera alianza como su Dios y Señor, y revélale el total cumplimiento de las Escrituras en tu adorable Persona.
Con tus santos patriarcas, te imploramos:
¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
