Y no eran tiempos tranquilos aquellos ya que existían algunos antecedentes de choques entre el pueblo y los soldados romanos. Las revueltas se sucedían a menudo por Judea.
De hecho, poco antes del primer Jueves Santo de la historia, algunos soldados romanos habían ingresado en la ciudad santa con insignias y estandartes en favor del emperador, lo que había levantado polvareda entre los judíos más observantes.
Es decir: el ambiente estaba caldeado y algunos judíos nacionalistas se habían hecho oír, lo que motivaba una reacción que no tardó en aparecer: Pilato, sin ceder un centímetro, amenazó con degollar a los rebeldes en el hipódromo pero el efecto buscado fue el contrario pues muchos judíos descubrieron sus cuellos y gritaron que estaban dispuestos a morir.
No serían las únicas medidas de Pilato: durante su controversial mandato, se apoderará del dinero del tesoro del Templo para construir un acueducto que llevase agua a Jerusalén (acto que el pueblo judío tomará por sacrílego y por el que varios morirán en enfrentamientos) y hasta cargará ferozmente contra los samaritanos, cosa que le costará el cargo en el año 36, luego del caso Jesús
¡Crucifícalo!: Análisis histórico-legal de un deidicio
Javier Olivera Ravasi
