El Concilio Vaticano lI (1962-1965) no es un concilio como los otros: Ha rechazado no
solamente comprometer su infabilidad, sino también enseñar la verdad de manera precisa. En
lugar de condenar los errores del mundo contemporáneo, se ha querido abrir al mundo, dialogar con el, encontrar un terreno ambiguo con los enemigos de la lglesia (quienes, de ahora en
adelante, no deben ser considerados enemigos). Sus textos son mucho más textos diplomáticos o
publicitarios que textos magisteriales
Por el Padre Matthias Gaudron
