Magnífico en hermosura sobre los hijos de los hombres



Evangelio según san Mateo, 8: 18- 22 Mas como viese Jesús muchas gentes alrededor de sí, mandó a sus discípulos pasar a la otra parte del lago. Y llegándose a El un escriba, le dijo: «Maestro, te seguiré a donde quiera que fueres». Y Jesús le dijo: «Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza». Y otro de sus discípulos le dijo: «Señor déjame ir primero, y
enterrar a mi padre». Mas Jesús le dice: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos». (vv. 18-22)

Hizo esto, como hombre, queriendo evitar la
importunidad de la muchedumbre. Estaban fijos en El admirándole, y queriendo verle. ¿Quién, en efecto querría separarse de El, cuando tales milagros hacía? Quién no querría ver su rostro sencillo y aquellaboca que tales cosas hablaba? Pues si Moisés tenía la cara radiante de gloria y San Esteban como la de un ángel, comprendamos que el dueño de todas las cosas debió aparecer entonces cual convenía. Por lo cual dice el profeta: «Magnífico en hermosura sobre los hijos de los hombres» ( Sal 44,3)

Remigio

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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