Liberación sexvål y económica

Liberación sexvål y económica

Y aquí se cierra el círculo: en tal sociedad liberada s3xual y económicamente, al mismo tiempo, el trabajo no solo será reducido al mínimo, sino que será convertido en <juego>, gracias a la sublimación no-represiva que dará forma a la cultura tras la revolución sexual. En efecto, si para Freud toda sublimación equivale a desviar los instintos sexuales hacia fines desexualizados, para Marcuse existe un modo de sublimación posible que no descarta el contenido sexual de sus impulsos sino que sexualiza campos de la actividad humana que no consideramos hoy sexuales: a ese modo lo llama <sublimación no-represiva>. De tal suerte que el trabajo ya no sería una actividad posibilitada por la sublimación a secas, sino por la <sublimación no-represiva> que, erotizándolo, convierte el trabajo en juego, causando ya no desagrado y represión, sino placer. ¿Pero quién ordena semejante paraíso? Esta es la parte menos bonita de la teoría, desde luego: lo hará una <dictadura edvcaci0nal>, compuesta por gente como Marcuse, claro.

¿No es posible ver en todo esto demasiados puntos de contacto con el actual estado de cosas en el siglo XXI? Comoquiera que sea, su idea sobre la revolución s3xual tiene ecos evidentes en todo el femynizmo radical y quęêr contemporáneo. Para Marcuse, la revolución s3xual consiste en liberar la sexuªlidæd de toda represión, a un nivel tal que desborde el campo en el que fue encadenada por la civilización para proteger el trabajo socialmente necesario: la genytalįdad. La revolución s3xual rompe la primacía gënitªl y la función reproductora de la sexuªlidæd; devuelve el cuerpo a un estado previo a la institución de la represión. El cuerpo como totalidad queda resexualizªdo y, por ello mismo da paso a un <hombre nuevo> y a una <sociedad nueva>. Así lo explica Marcuse:

El tabú sobre el uso total del cuerpo sería debilitado. Sin ser empleado ya como un instrumento del trabajo de tiempo completo, el cuerpo sería s3xualizādo otra vez. La regresión envuelta en este esparcimiento de la lįbido se manifestaría primero en una reactivación de todas las zonas erógenas y, consecuentemente, en un resurgimiento de la sexuªlidæd polimorfa pregenital y en una declinación de la supremacía gënitªl. El cuerpo en su totalidad llegaría a ser un objeto de catexis, una cosa para gozarla: un instrumento de placer. Este cambio en el valor y el panorama de las relaciones libidinales llevaría a una desintegración de las instituciones en las que las relaciones privadas interpersonales han sido organizadas, particularmente la familia monogámica y påtriªrcal

Marcuse, Eros y civilización, p. 1

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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