Porque por vuestra conducta os hacéis indignos de la vida eterna; por eso nos volvemos a los gentiles



Evangelio según san Mateo, 9:18-22 Diciéndoles El estas cosas, se le aproximó un príncipe de la sinagoga, y le adoró diciendo: «Señor, mi hija es ahora un cadáver; mas ven, pon tu mano sobre ella y vivirá». Y levantándose Jesús le seguía en compañía de sus discípulos. Y he aquí una mujer, que padecía hacía doce años flujos de sangre, se le acercó por detrás y tocó la orla de su vestido. Porque decía ella en su interior: «si llegare a tocar tan sólo su vestido, quedaré sana»: Y volviéndose Jesús, y viéndola, dijo: «Confía, hija, tu fe te ha sanado», y desde aquella hora quedó completamente sana. (vv. 18-22)

Y se acercó por detrás, según aquellas palabras: «Si alguno me quiere servir, sígame» ( Jn 12,26 ). O bien, porque no viendo ella en la carne a la persona de Dios, llega a conocerlo después que fueron cumplidos los misterios de su Encarnación. Por eso toca la franja del vestido, figura del pueblo gentil, que no habiendo visto a Cristo en su carne, recibió sus palabras de la Encarnación. Porque el vestido representa el misterio de la Encarnación, en la que se cubrió la divinidad y las palabras que siguen a la Encarnación, representan la franja del vestido. Toca, no el vestido, sino la franja, porque no vio a Dios en la carne, sino que recibió por los Apóstoles la palabra de la Encarnación. ¡Dichoso el que toca con su fe, aun cuando no sea más que las extremidades del Verbo! No recupera la salud en la ciudad, sino en el camino por donde iba el Señor; por esta razón dijeron los Apóstoles: «porque por vuestra conducta os hacéis indignos de la vida eterna; por eso nos volvemos a los gentiles» ( Hch 13,46). Los gentiles comenzaron a gozar la salvación desde la llegada del Señor

Rábano

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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