
q.11,a.3; q.19 a.4; q.44 a.1; q.47 a.3 ad 1; q.65 a.1;
q.103 a.1 ad 3; In Sent. 1.1 d.3; 12 d.1 q.1 a.1; d.25
q.1 a.1; d.28 q.1 a.3 ad 2; De Verit. q.2 a.3; q.5 a.2;
Cont. Gentes 1, 13 15.16.42; 2, 15.24; 3, 1.22.64;
Compend. Theol. c3; De Pot. q.2 a.3 ad 5; q:3 a.5;
a.6; a.5; q:5 a.3; In Physic. 2 lect. 12 a.1; 7 lect. 9; In
Io Prol. 3-6; In Metaphys. 12 lect.5
Objeciones por las que parece que Dios no existe:
1. uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el nombre Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto, Dios no existe
2. Más aún. Lo que encuentra su razón de ser en pocos principios, no se busca en muchos. Parece que todo lo que existe en el mundo, y supuesto que Dios no existe, encuentra su razón de ser en otros principios; pues lo que es natural encuentra su principio en la naturaleza; lo que es intencionado lo encuentra en la razón y voluntad humanas. Así, pues, no hay necesidad alguna de acudir a la existencia de Dios.
En cambio está lo que se dice
Éxodo 3,14 de la persona de Dios: yo existo
Solución. Hay que decir: La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas’.
1) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en, cuanto potencia, esté orientado a aquello por lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto
*EI teologo empieza por creer que existe Dios. No necesita pruebas que se lo certifiquen Si acude a la filosofia no es para probar lo que ya cree, sino para justificar racionalmente la fe. Santo Tomás acepta el valor metafisico de unas <vías> para llegar a descubrir la realidad de un Primer-Ser trascendente, Motor, Causa, Ejemplar y Fin del mundo. Sin embargo, la afirmación vivencial de la divinidad no es para él un problema racional, sino un misterio de gracia <Dios mora como en una especie de tinieblas impenetrables> (In Sent. 1 d.13 a.1 sol.4) y, aunque partiendo de las cosas visibles se puede alcanzar algún conocimiento de Él -porque es causa y causa eminente- la verdad es que cuanto más se progresa en su descubrimiento más consciente se es de su lejanía (In Boet.de Trin, proem. q:l a.2). En una ocasión escribe: esto es lo máximo y más perfecto de nuestro conocimiento en la tierra: unirse a Dios como al gran Desconocido> (Cont. Gent. 3,49). Tanto que pretender demostrar al Dios-trinitario es fomentar el ateismo y ridiculizar la religión (1 q.32 a.1). Dios es Aquél de quien nada se hubiera llegado a saber si no se hubiera ÉI mismo auto-comunicado en una donación previa y gratuita (1 q.1 a.6).
Analizadas desde una óptica puramente filosófica, las vías son argumentos metafisicos que lógicamente convergen en un Primer-Ser. Supuesto el principio de causalidad, tienen ciertamente un valor probativo (1 q.44 a.1). Sin embargo:
a) de su argumentación racional, el Angélico no concluye taxativamente <luego Dios existe>, sino: <y a esto llamamos Dios>. Es decir, como creyente, identitica la conclusion filosófica (luego hay un Primer Ser>) con lo que la Revelación manifiesta acerca del Dios salvador. Lo cual ya no es un paso filosófico, sino de fe. Su argumentación termina en los preámbulos de la fe (In Boet.de Trin. q.2 a.3)
b) se trata de un análisis filosófico sólo accesible <a pocos, después de mucho tiempo y con mezcla de errores> (1 q.l a.1). Unas vías metafisicas pueden convencer a una mente <metafisica>, pero dificilmente conmoverán al hombre existencial, en su realidad fiísica, amasijo de pasiones sentimientos, incapacitado normalmente de captar la verdad de una forma objetiva (1-2 q.9 a.2).
c) en resumen, lo que pretende es justificar, desde un prisma racional, al Dios que se revela, en quien ya cree y de quien sabe se ha presentado a Moisés como El que es. Es iluminador, a este respecto, comprobar cómo se apoya en Ex.3,14 en el sed contra del artículo y cómo, más adelante, le dedica un articulo completo (1 q:13 a.11). Se trata, pues, de una teologia del Exodo
F. LAFONT, o.c. 31; E. SCHILLEBEECKX, Interpretación de la fe (Salamanca 1973) p.122:
S. FUSTER, Planteamiento del problema de Dios en la Escolástica y en la Nueva Teologia: Esc Ved 3 (1973) 596;
Planteamiento del problema de Dios y ateísmo contemporáneo: Atti Congr. Internaz. (Napoli-Roma 1976) III 293-298;
M. GELABERT, Experiencia humana y comunicación de la fe (Madrid
1983) p.91;
E. GOSSMANN, Fe y conocimiento de Dios en la edad media (Madrid 1975) p.94-97;
A. MOTTE, Théodicée et théologie chez S. Th.: RvScPhTh 26 (1938) 5-26.
A. MOTTE, A propos des cing voies: RvScPhTh 27 (1938) 577-582;
A. GONZÁLEZ ALVAREZ, Teologia natural (Madrid 1949).p.239-315; R. GARRIGOU LAGRANGE, Dieu, son Existence etsa Nature Paris 1950) p.226-342; PÍO X11, Las pruebas de la existencia de Dios a la huz de la ciencia moderna: Ecclesia 542 (1951) 5-8;
H. PAISSAC, Iniciación teológica (Barcelona 1957) I p.345-350:
E. GILSON, Le Thomisme (Paris 1942) p.58.78.81; etc.
Summa theologiæ, Thomas Aquinos
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