INTENTOS DEL HOMBRE



El árbol del dolor está infinitamente ramificado. Ya en sus raíces, pues el sufrimiento humano está profundamente entrelazado con el sufrimiento de los animales; estos viven persiguiéndose unos a otros y devorándose unos a otros, luchando en constante temor por su existencia y siempre, en algún momento acaban sucumbiendo: ante el enemigo, ante la enfermedad, ante la vejez y la muerte. <En efecto, la creación fue sometida a la caducidad> (Rm 8,20), precisamente cuando quiere conservarse, aun <evolucionar>.

El hombre hereda ese dolor natural y lo ahonda por su ser consciente, sea que el dolor irrumpa desde el exterior como una catástrofe natural o desde el interior de su débil organismo, sea que lo experimente de un modo fisico como hambre y enfermedad o de un modo espiritual en la experiencia del odio, la soledad, la pérdida de esperanza ante el sentido de la vida. Se puede entender que algunas cosmovisiones interpreten todo placer y alegría como algo superficial (quizá engañoso) y el sufrimiento como el fundamento que verdaderamente sustenta la realidad del mundo. Y quien quiera volverle la cara no puede menos que ver ante sí el fin seguro que le espera, y así <pasar toda su vida sometido a la esclavitud, por temor a la muerte> (Hb 2,15).

¿Qué actitud puede adoptar el hombre ante al sufrimiento?

Dios y el sufrimiento Balthasar, Hans Urs von

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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