NUESTRA SENORA DE LA SALETTE
El sucesor de san Pedro no era el único a quien concernía el asunto de la infiltración en la Iglesia católica. En 1864, la Santísima Virgen María se apareció a dos niños en La Salette, Francia. Cinco años después, el papa Pío IX aprobó formalmente la aparición de Nuestra Señora de La Salette y sus dos «secretos» Los dos niños eran Maximin Giraud (once años) y Mélanie Calvat (catorce años), residentes en la ciudad de ochocientos habitantes de La Salette, en el sureste francés. Volviendo de la montaña, donde habían estado cuidando las vacas del vecino de Mélanie, los dos niños vieron a una bella mujer que lloraba amargamente en Mount Sous-Les-Baisses.
En este lugar estaba sentada la Santísima Virgen María que, con los codos sobre sus rodillas, se tapaba el rostro con las manos y lloraba. Llevaba un gran tocado compuesto de varias rosas, una túnica de plata, un delantal de oro, zapatos blancos y un crucifijo dorado que, colgando de una cadena, pendía de su cuello. También había rosas en el suelo, en torno a sus pies. Mientras lloraba, les hablaba a los niños en su dialecto, el francés occitano. El mensaje de Nuestra Señora de La Salette era relativo al respeto por el Santo Nombre de Dios y el descanso dominical. Les advirtió sobre la inminente hambruna de patatas que asolaría Irlanda y Francia en 1846 y 1847. Entonces reveló un secreto a cada niño, ascendió la colina y desapareció.
El obispo del lugar, Philibert de Bruillard, de Grenoble, interrogó a los niños y encontró su historia digna de crédito. Sin embargo, el arzobispo de Lyon, el cardenal Bonald, recelaba del asunto. El cardenal insistía en que ambos niños revelasen sus secretos. Mélanie aceptó revelarlo si se enviaba el texto de su secreto directamente al papa. El obispo de Grenoble aceptó esta condición y envió a dos representantes a Roma, custodiando los secretos de Nuestra Señora, que fueron presentados a Pio IX el 18 de julio de 1851. Maximin Giraud ingresó en un seminario, aunque nunca llegó a ordenarse sacerdote: murió antes de cumplir los cuarenta, el 1 de marzo de 1875. Mélanie Calvat se hizo monja a la edad de veinte años (tomando el nombre de hermana María de la Cruz) en las Hermanas de la Providencia y luego pasó a las Hermanas de la Caridad
Las palabras de Mélanie fueron causa de controversia en la relación entre Napoleón III (sobrino de Napoleón Bonaparte) y los obispos de Francia. Ella reveló que la Santísima Virgen María le había avisado de un complot masónico para acabar con la Iglesia católica en Francia. Ansiosos por apartar a esta visionaria de la política francesa, la jerarquía católica consintió que fuese trasladada a un convento carmelita inglés en 1855
Durante los cinco años que estuvo en Inglaterra hizo algunas protecias sobre acontecimientos que tendrían que suceder. El obispo de la diócesis le prohibió hablar, por lo que volvió a Francia e ingresó en un convento en Marsella. Su identidad fue descubierta y pasó de un convento a otro antes de partir hacia Nápoles en 1867. En esta ciudad escribió su secreto y una regla para una comunidad religiosa masculina llamada Orden de los Apóstoles de los Ultimos Días y para otra femenina llamada Orden de la Madre de Dios. Mélanie se encontró en privado con el papa León XIII para debatir sobre estas órdenes, aunque no salió nada en claro. Cuando murió en Nápoles, los lugareños se sorprendieron al descubrir que la vidente de La Salette había estado viviendo de incógnito entre ellos. ¿Cuál es el secreto de La Salette que le fue confiado a Mélanie? Ella escribió el secreto por primera vez en 1851, que fue sellado y enviado al papa Pio IX tras lo cual fue archivado en el Santo Oficio, en Roma. Mélanie lo escribió por segunda vez en 1873 y esta segunda versión fue publicada en 1879 en forma de folleto con el imprimatur del obispo Salvatore Luigi Zola, de la diócesis de Lecce, en Italia. El título de este folleto es Aparición de la Santisima Virgen Maria en la montaña de La Salette.
La versión original de Mélanie, la de 1851, había sido archivada, perdida y olvidada desde finales del siglo XIX. En 1999, sin embargo, fue redescubierta en los archivos del Santo Oficio y publicada. Solo entonces pudimos comparar ambas versiones. La versión archivada en 1851 y la versión publicada en 1879 abordan los mismos temas (persecución del papa, apostasía, la destrucción de París y Marsella, el nacimiento del Anticristo de una monja, etc.), pero la versión de 1879 es más larga y precisa y contiene detalles que no se encuentran enla primera versión.
El Santo Oficio censuró la versión de 1879 casi inmediatamente después de su publicación, pues predecía la futura apostasía de Roma. En 1923 fue incorporada en el Índice de Libros Prohibidos. La mayoría de la gente, hoy en día, asume que la versión archivada de 1851 era la pura, la prístina, la original; mientras que la versión publicada en 1879 fue falsificada y mediatizada por Mélanie en su vida adulta. Pero, ¿por qué Mélanie corrompería y expandiría un secreto que recibió de la Santísima Virgen María?
Quienes rechazan la versión de 1879, con su mención a Roma como sede del Anticristo, piensan que Mélanie, o bien perdió la cabeza, o bien tenía algún tipo de rencor contra la Iglesia católica, por lo que creó una versión adulterada de su secreto. Sin embargo, sabemos que murió humildemente, habiendo recibido los sacramentos y profesando la fe católica. Los que la conocieron testificaron su santidad y fidelidad. Incluso el papa Pío X la admiraba y sugirió su beatificación tras su muerte.
Mélanie no estaba loca, y no falseó su testimonio sobre las palabras de la Madre de Dios. Podemos concluir, entonces, que las versiones de 1851 y 1879 son igualmente válidas y que una no invalida a la otra, de la misma manera que los detalles discordantes del Evangelio de san Mateo no invalidan la autenticidad y verdad del Evangelio de san Marcos. La versión de 1851 dice que el Anticristo nacerá de una monja. La versión de 1879 dice que el Anticristo nacerá de una monja hebrea. Diferencias como estas no desacreditan la versión más detallada de 1879. Es más, sabemos que la versión de 1851 fue escrita dos veces, y el primer borrador fue rechazado y destruido. Así pues, la versión de 1851 también sufrió algunas manipulaciones.
También sabemos que en 1851, cuando la versión original fue aprobada y sellada, la pequeña Mélanie estaba siendo intimidada por un cardenal, un obispo y varios inquisidores y teólogos. La versión de 1851, por tanto, podría no haber sido una versión exhaustiva, sino simplemente la esencia del secreto de Nuestra Señora para contentar al exigente cardenal. Es más, la versión de 1879 tiene una sección entre paréntesis en la que Mélanie hace un comentario «sobre la Visión que tuve en el momento en el que la Santísima Virgen estaba hablando sobre la resurrección de los muertoss. Normalmente se pasa por alto que Mélanie recibió una visión mientras la Virgen hablaba. En opinión del que escribe, la versión de 1879 incorpora ambas cosas, el mensaje y la visión, mientras que la de 1851 contiene una versión cercenada del mensaje.
Creo que ambas versiones son válidas, y por lo tanto, he reproducido los pasajes más interesantes de la edición de 1879. En primer lugar, Nuestra Señora condena a los inicuos sacerdotes de la Iglesia católica: Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes.., por su mala vida, por sus irreverencias e impiedad al celebrar los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza. ¡Sí!, los sacerdotes piden venganza y la venganza pende de sus cabezas iAy de los sacerdotes y personas consagradas a Dios que por sus infidelidades y mala vida crucifican de nuevo a Mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo y piden venganza, y he aquí que la venganza está a las puertas, pues ya no se encuentra nadie que implore misericordia y perdón para el pueblo.
Nuestra Señora de La Salette alaba al papa Pio IX y condena a Napoleón III:
Que el Vicario de mi Hijo, el soberano Pontífice Pio IX, no salga ya de Roma después del año de 1859; pero que sea firme y generoso; que combata con las armas de la fe y del amor. Yo estaré con él. Que permanezca en guardia contra Napoleón: tiene dos caras y desea ser papa a la vez que emperador. Dios pronto se apartará de él. Él es el cerebro que, siempre queriendo ascender más, caerá bajo la espada que pretende usar para forzar al pueblo a levantarse.
Nuestra Señora menciona 1864 como el año en el cual Satanás y sus demonios serán liberados del infierno; 1864 está marcado por la publicación del Syllabus Errorum, en el cual el papa Pío IX condena el liberalismo, el racionalismo y el socialismo. En el año 1864, Lucifer y otros demonios serán liberados del infierno; pondrán fin a la fe poco a poco, incluso la de aquellos dedicados a Dios. Los cegarán de tal manera que, a no ser que sean correspondidos con una gracia especial, asumirán los espíritus de estos ángeles del infierno; numerosas instituciones religiosas perderán toda fe y, con ello, muchas almas… Todos los gobiernos civiles tendrán un único e igual plan, que será abolir y eliminar todo principio religioso, preparar el camino al materialismo, al ateísmo, al espiritualismo y a los vicios de toda clase.
Cambia entonces Nuestra Señora y describe el fin del mundo y la venida del Anticristo a la tierra:
Será en este tiempo cuando nacerá el Anticristo de una monja hebrea, una falsa virgen que se comunicará con la serpiente antigua, maestra de la impureza, y su padre será O.
En el parto, vomitará blasfemias, tendrá dientes en una palabra, será el diablo encarnado. Chillará de forma horrible, obrará maravillas, no fomentará sino la impureza. Tendrá hermanos que a pesar de no ser como él, el diablo encarnado, serán hijos del mal. Cuando tengan doce años, atraerán sobre sí la atención por valerosas hazañas que habrán acometido, pronto liderarán ejércitos, ayudados por las legiones del infierno. Las estaciones se alterarán, la tierra no producirá más que malos frutos, las estrellas perderán sus movimientos regulares, la luna sólo reflejará un tenue brillo rojizo. El agua y el fuego harán que la tierra tenga convulsiones y terribles terremotos, los cuales se tragarán montañas, ciudades, etc.Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo
El folleto de Mélanie encontró mucha resistencia en Roma, previsiblemente porque condenaba a los sacerdotes inicuos de manera violenta y porque aseguraba: «Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo». En 1880 el Santo Oficio limitó el libro, pero se imprimió repetidamente en Francia y en Italia a comienzos del siglo XX. Con todo, el papa Pio X parece haberle dado su aprobación cuando, tras leer la biografia de Mélanie, exclamó ante el obispo de Altamura, «La nostra Santa!» y propuso la apertura de la causa de beatificación. A pesar de la controversia suscitada en torno a su publicación de 1879, Mélanie Calvat confirmó lo dicho por el cardenal Manning, que había sentenciado: La apostasía de la ciudad de Roma… y su destrucción por parte del Anticristo podría parecer tan novedosa para muchos católicos que creo que es bueno recordar el texto de los teólogos de mayor reputación. En primer lugar, Malvenda, que escribe ampliamente sobre el tema y sostiene la misma opinión que Ribera, Gaspar Melus, Viegas, Suárez, Belarmino y Bosius, de que Roma apostatará de la fe, se apartará del Vicario de Cristo y retornará a su antiguo Paganismo
La guerra contra el Vicario de Cristo y la apostasía de Roma acababan de comenzar. Y, de acuerdo con Mélanie, empezó con rabia satánica en 1864.
El padre Michel Corteville descubrió, en 1999, en los archivos del Santo Oficio, la versión original del secreto escrita por Mélanie en 1851. La versión de 1851 es fundamentalmente la misma que la contenida en la versión publicada de 1879, aunque faltan las frases «Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo» y «Habrá un eclipse en la Iglesia».
En el año 2000, en el Angelicum, el padre Michel Corteville defendió su tesis doctoral en teología bajo el título de Descubrimiento del secreto de La Salette (Discovery of the Secret of La Salette)
Le Secret de Mélanie, p. 29-30.
Mélanie Calvat, Aparición de la Santísima Virgen María en la montaña de La Salette. (Lecce, Italia 1879), 2. 7 lbid, 7. 8
Aquí la «O» se asume normalmente como «obispo». Esto significa que el Anticristo no es el hijo de Satanás, sino uno nacido de manera natural de una unión ilegítima entre una monja y un obispo. [En el texto original figura «B» en referencia al inglés «bishop». N. del T.]
Calvat, Aparición, 26. 11 lbid, 27. 12
El Santo Oficio, bajo el papa Benedicto XV, publicó una reedición de la versión de 1879 del secreto en el Índice de libros prohibidos en 9 mayo de 1923.
Cardenal Henry Edward Manning, «The Present Crises of the Holy See Tested by Prophecy» («La crisis actual de la Santa Sede probada por las profecías»), reeditado en El papa y el anticristo (The Pope and the Antichrist) (Sainte Croix du Mont, France: Tradibooks, 2007), 75
TAYLOR R. MARSHALL. INFILTRACIÓN, EL COMPLOT PARA DESTRUIR LA IGLESIA DESDE DENTRO
