[el nombre de Dios] es inexplicable porque las lenguas todas no bastan para expresarlo [suficientemente]
Sabemos que también es luz, porque ilumina: así como la luz aclara las tinieblas, así el nombre de Dios disipa las tinieblas de nuestro entendimiento. Salmo 17, 29: «Dios mío, ilumina mis tinieblas»
Comentarios sobre el Padre Nuestro y los Diez Mandamientos. Santo Tomás de Aquino
