Evangelio según san Mateo, 11: 7-10 Después que se marcharon ellos comenzó Jesús a hablar a las turbas acerca de Juan. «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿A una caña agitada por el viento? ¿A un hombre vestido de ropas delicadas? Mirad, los que visten ropas delicadas están en las casas de los reyes; ¿pero qué fuisteis a ver? ¿A un Profeta? Aun os digo y más que a un Profeta, porque éste es de quien está escrito: Mira: Yo envío a un ángel mío ante tu rostro, y éste preparará tu camino delante de ti»
Por ventura ¿para esto salisteis al desierto para ver a un hombre parecido a una caña, que es llevada por todos los vientos y que por a ligereza del espiritu dudaria de lo que antes predicaba? Podrá ser que estimulado por la envidia venga contra mí y que su predicación alcance una gloria vana que le dé algunas ganancias? ¿Por qué desearia las riquezas? ¿Para abundar en delicias? ¿Se alimenta de langosta y de miel silvestre para vestir elegantemente? Los pelos de los camellos son su vestido y por eso añade: ¿Pero qué fuisteis a ver?» ¿A un hombre vestido elegantemente?
San Jerónimo
