
A golpe de cincel la roca hieroy apago lentamente su durezapara encender tu cuerpo de pureza,fugaz -de este sepulcro- prisionero. Graba en mi ser tu imagen, oh Cantero,extinga tu bondad toda aspereza,injerta en mi alma mustia la belleza,cincela la esperanza que aún espero. Yo te esculpí, me esculpa ahora tu mano;yo te llamé, tu grito me despiertecon cinco voces que en tu cuerpo exhibes. Te alcanzo a percibir divino, humano,detrás de dura piedra, muerta, inerte,cándida Luz que en blanco mármol vives.
Cristo muerto esperando la Resurrección, obra del beato Claudio Granzotto