Evangelio según san Mateo, 3: 7- 10 Viendo a muchos fariseos y saduceos que venían a bautizarse, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la justicia que sobre vosotros venía? Haced frutos dignos de penitencia. Y no queráis decir dentro de vosotros mismos: Tenemos por padre a Abraham, porque en verdad os digo, que Dios puede suscitar hijos de Abraham de estas piedras. Ya la segur está puesta a la raíz del árbol. Todo árbol que no dé frutos buenos, será cortado y arrojado al fuego». (vv. 7- 10)
¿Qué aprovecha a aquél a quien manchan sus costumbres, una descendencia noble? O ¿qué daño hace una descendencia envilecida a aquél a quien adornan las buenas costumbres? Es mejor para cada uno que se gloríen sus padres en él, que él en sus padres. Así, vosotros no queráis gloriaros diciendo: «Porque tenemos por padre a Abraham». Más bien avergonzaos porque sois sus hijos y no habéis heredado sus virtudes. Parece nacido de adulterio el que no se parece a su padre. Excluye la gloria de los padres diciendo: «Y no queráis decir»
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 5
