Perder a Dios equivale a perder la fuente misma de lo bueno.y lo malo, y de una vigilancia perpetua que custodia los caminos del hombre.
Por eso hemos quedado a oscuras,
<viene continuamente la noche y más noche>
y <se torna indispensable encender linternas en pleno día> Fredrich Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125. En Obras completas, vol. III (Madrid Tecnos, 2014), pp. 802-803
Ese es el precio de haber <matado> a Dios, lo que, en concreto, quiere decir: haberlo quitado del centro de la vida, haberlo reducido a un viejo relato sin el poder necesario para articular nuestro orden humano. Ese precio es el de la desorientación radical que acompaña al nihilismo en virtud del cual se despliega la historia occidental. El precio es quedarse a oscuras
AGUSTIN LAJE GENERACION IDIOTA
UNA CRÍTICA AL ADOLESCENTRISMO
