Evangelio según san Mateo, 6: 19-21 «No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra, donde el orín y la polilla los consumen: y en donde los ladrones los desentierran y roban. Mas atesorad para vosotros tesoros en el cielo, en donde ni los consume orín ni polilla, y en donde los ladrones no los desentierran ni roban. Porque en donde está tu tesoro, allí también está tu corazón». (wV. 19- 21)
Como nuestro Señor nada había enseñado acerca de la limosna, de la oración y del ayuno, sino que sólo habia reprobado el su fingimiento, ahora de las tres cosas mencionadas deduce tres consecuencias de enseñanza. La primera de ellas afecta a la limosna de esta manera y en este orden: «No queráis atesorar para vosotros, etc». «Cuando das limosnas, no quieras tocar la trompeta delante de ti», y después prosigue: «No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra». Aqui, en primer lugar, da consejo para que se haga limosna, en segundo lugar manifiesta cuál sea la utilidad de la limosna; y en tercero, exhorta a que el temor de la pobreza que pueda sobrevenir, no impida a la voluntad dar limosna.
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 15
