Evangelio según san Mateo, 6: 22- 23 «La antorcha de tu cuerpo es tu ojo. Si tu ojo fuere simple, todo tu cuerpo será luminoso, Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Pues si la lumbre que hay en ti, son tinieblas, ccuán grandes serán las mismas tinieblas?» (v. 22-23)
El hombre que tiene los ojos legañosos ve multiplicadas las luces, mientras que el ojo simple y puro ve las cosas simples y puras
San Jerónimo
