Evangelio según san Mateo, 6: 34- 34 «Y no andéis cuidadosos por el día de mañana. Porque el día de mañana a sí mismo se traerá su cuidado: le basta al día su propia malicia». (v. 34)
El significado de esas palabras celestiales se reduce, pues, a que no
nos preocupemos del porvenir. La malicia de nuestra vida y los pecados de todos los días bastan para que toda nuestra meditación y todos nuestros esfuerzos no se empleen en otra cosa que en purificarnos de ellos. Cesando nuestro cuidado, el porvenir queda con su propia preocupación, mientras Dios nos obtiene el
adelanto de la eterna claridad
San Hilario, homiliae in Matthaeum, 5
