Evangelio según san Mateo, 7: 6- 6 «No déis lo santo a los perros, ni arrojéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las huellen con sus pies y volviéndose contra vosotros los perros os despedacen». (v. 6)
O bien los perros son aquellos que han vuelto a su vómito, y los puercos los que, aún no convertidos, se revuelcan en el cieno de los vicios ( ver Prov 26,11; 2Pe 2,22 ).
Rábano
