Si les place interpretar únicamente del Padre estas palabras, ¿cómo pueden ser hechas todas las cosas por Él, como aqui se dice, y ser todas hechas por el Hijo, como lo afirma el Apóstol, escribiendo a los de Corinto cuando dice: Y un Señor, Jesucristo, por quien son todas los cosas; o como dice San Juan en su Evangelio: Todo ha sido hecho por Él. Si unas cosas fueron hechas por el Padre y otras por el Hijo, ya no fueron todas las cosas hechas por el Padre, ni todas por el Hijo. Luego si todas las cosas fueron hechas por el Padre y todas por el Hijo, las mismas cosas que fueron hechas por el Padre lo fueron también por el Hijo, y, en consecuencia, el Hijo es igual al Padre, y sus operaciones son indivisas. En efecto, si el Padre hizo al Hijo, esta creación no pertenece al Hijo, y. por consiguiente, ya no fueron hechas todas las cosas por el Hijo; mas la verdad es que todas las cosas fueron hechas por el Hijo; luego el Hijo no ha sido creado y juntamente con el Padre ha hecho todas las cosas que han sido hechas. A decir verdad, no silencia el Apóstol esta palabra, pues dice abiertamente: Quien siendo Dios en la forma, no codició el ser igual a Dios (Flp. 2, 6). Dios en este pasaje es propiamente el Padre, como en este otro lugar: La cabeza de Cristo es Dios (1 Co. 11,3).
De Trinitate. Agustín de Hipona
