Plato redondo donde se pone la Sagrada Hostia. Debe ser de metal precioso como el cáliz y también debe ser consagrado exclusiva y definitivamente para el uso en la Santa Misa. Platillo redondo de metal en el que se coloca la hostia durante la Misa. Con el tiempo ha disminuido su tamaño. Antiguamente eran cóncavas en la cara interna, y tenían bajorrelieves y adornos en sus bordes, pero paulatinamente han perdido sus adornos hasta volverse platos lisos y casi planos.
Al igual que el cáliz, está prescito que se elabore de un metal noble, aunque pueden hacerse de otros materiales sólidos si lo autoriza la Conferencia Episcopal y la Sede Apostólica. (IGMR, n. 329). Pero si la parte interior es de un metal menos noble que el oro o es oxidable, debe dorarse la parte interior. (IGMR, 328), como reverencia al Cuerpo de Cristo.
