Sacerdotes

«Estos imitadores de los Apóstoles predicarán con gran fuerza y poder; tan grande y resplandeciente, que conmoverán las almas y los corazones en los lugares en donde prediquen. A ellos darás tu palabra, tu misma boca y sabiduría, a las que ninguno de sus enemigos podrá resistir» Súplica ardiente para pedir misioneros (S. Luis M.Sigue leyendo «Sacerdotes»

Te pido señor

Hijos: Verdaderos hijos de María, tu Santa Madre, engendrados y concebidos por su caridad, llevados en su seno, pegados a sus pechos, alimentados con su leche, educados por sus cuidados, sostenidos por su brazo y enriquecidos con sus gracias Súplica ardiente para pedir misioneros (S. Luis M. G. de Montfort)

Te pido Señor

Hijos: Esclavos de tu amor y de tu voluntad; hombres según tu corazón, que sin voluntad propia que los manche y los detenga, cumplan todos tus designios y arrollen a todos tus enemigos, como nuevos Davides, con el báculo de la cruz y la honda del santo rosario en las manos 1 Re 17,40Sal 22,4SanSigue leyendo «Te pido Señor»

Frutos concretos que la piedad debe producir

Todas estas consideraciones no tienen que ser una vacía y abstracta reminiscencia, sino que deben tender efectivamente a someter nuestros sentidos y sus facultades a la razón iluminada por la fe, a purificar el alma que se une cada día más íntimamente a Cristo, y cada vez más se conforma a El y por ElSigue leyendo «Frutos concretos que la piedad debe producir»

El Reino de Dios

Algunos sugieren que Jesús emplea pan y vino como metáfora para explicar su inminente sacrificio. Pero, si fuera así, el pan y el vino no servirían. Estos elementos no resultan como metáfora, !porque sería el pan y el vino, y no la muerte de Cristo, la que requeriría explicación!. Las palabras de Jesús no sonSigue leyendo «El Reino de Dios»

El Reino de Dios

Ardientemente he deseado comer esta pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que no la volveré a comer hasta que tenga su cumplimiento en el Reino de Dios. Y tomando el cáliz, dio gracias y dijo: Tomadlo y distribuidlo entre vosotros; pues os digo que a partir de ahora no beberé el frutoSigue leyendo «El Reino de Dios»

Papa Urbano IV y el Milagro de Orvieto

en 1263, había en Bolsena, Diócesis de Orvieto, Italia, un sacerdote que, después de haber pronunciado sobre el pan las palabras de la consagración, cediendo a la instigación de Satanás, se puso a dudar de la transubtanciación. Este desgraciado se decía a sí mismo: No siento nada, no veo el menor indicio de cambio! No,Sigue leyendo «Papa Urbano IV y el Milagro de Orvieto»

Los ausentes

El sacerdote no dice solamente. «Este es el cáliz de mi sangre», sino que añade: «Derramada por vosotros y por muchos otros, para la remisión de los pecados». Así como las primeras palabras han sido cumplidas infaliblemente, las últimas deben serlo también. «Por vosotros y por muchos otros», es decir , por vosotros que asistísSigue leyendo «Los ausentes»

Santo Sacrificio de la Misa

La Sangre que salió del costado del Salvador, está en el cáliz; y está en él para ser ofrecida una vez más por la remisión de los pecados, como lo indican las palabras de la ConsagraciónESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS OTROS, PARA LA REMISIÓN DE LOS PECADOSElSigue leyendo «Santo Sacrificio de la Misa»